Eduardo Gudynas advierte que el “Trumpismo” tendrá impactos globalizadores sobre el medioambiente y los DDHH

AGENCIA DE NOTICIAS AMBIENTALES
La incertidumbre y los vaivenes económicos, políticos y hasta culturales a nivel mundial se multiplican como consecuencia de las medidas adoptadas por la administración de Donald Trump, y ya hay señales alarmantes para Bolivia y otros países que basan su economía en el extractivismo, advirtió Eduardo Gudynas del Observatorio Latinoamericano de la Globalización.
“La incertidumbre y los vaivenes se multiplican, y ya hay señales alarmantes para Bolivia y otros países. Por ejemplo, el litio, unas de las esperanzas exportadoras, está en sus precios más bajos en los últimos cinco meses, acercándose a los valores de 2020. Una situación esperable ya que las redes de producción y comercialización de baterías sufren la incertidumbre de esa guerra comercial”, señaló el experto durante la presentación del Observatorio en La Paz.
En paralelo, observó que hay economías que buscan refugio en otros minerales, y es así que el valor del oro no deja de aumentar desde hace unos cinco años, alcanzando en estos días nuevos récords (más de 3 mil dólares la onza)
Bajo esas condiciones, dijo que las presiones por la explotación de litio en los salares bolivianos es posible que amainen, pero el empuje de la minería de oro, especialmente en los ríos de la Amazonía, se multiplicará, con toda su estela de conflictos sociales, violencia e impactos ecológicos.
Esas mismas incertidumbres según Gudynas, envuelven el comercio de agroalimentos, donde se las batallas por el diésel, entre quienes imponen enviarlo a la Amazonia para mantener funcionando las dragas que minan el oro, y los que los necesitan para las sembradoras, cosechadoras y camiones en el Oriente.
“Ese tipo de tensiones se repiten en países vecinos, como Perú o Ecuador, a su vez se insertan en una radical transformación de los debates políticos globales”, apuntó.
El giro político de EEUU tiene impactos planetarios
El uruguayo Eduardo Gudynas señaló que en muchos países sudamericanos es común que se observe al gobierno de Donald Trump como un espectáculo todavía lejano; un añoso presidente que habla demasiado, que intercala amenazas y burlas.
“Puede ser comprensible porque muchas naciones, y entre ellas Bolivia, enfrenta severos problemas que requieren casi toda su atención. Las urgencias están puestas, por ejemplo, en saber si habrá combustible en los surtidores, pero no tanto en los detalles de las órdenes ejecutivas que se firman en Washington”, apuntó.
Sin embargo enfatizó en que el giro en la política de Estados Unidos tiene repercusiones tanto dentro de ese país como a nivel planetario, y ambas están entrelazadas y son interdependientes.
“La más obvia es la amenaza y el aumento de aranceles a las importaciones, tanto contra productos como contra países. En un par de meses, Trump encamina una guerra comercial con sus vecinos de Canadá y México, con sus aliados históricos la Unión Europea, y por supuesto contra China. Esto, a su vez, desencadena que esos gobiernos respondan con represalias comerciales y económicas”, señaló.
En ese contexto lamentó que el mundo se encamine a un aluvión de conflictos que inevitablemente golpearán a América del Sur.
“No debe tomarse a Trump como un extravagante líder que es ciegamente seguido. Al contrario, es un emergente de grupos de políticos, intelectuales y empresarios que creen que su país necesita un cambio radical”, mencionó.
Como gobierno de derecha extrema dijo que el Trumpismo apunta al totalitarismo; es decir, al control total de los poderes. “Redefinen, por ejemplo, la libertad anulando la que se expresa individualmente para colocarla en las mayorías, la democracia se reduce al poder presidencial que no debe ser limitado, sea por los poderes legislativos o judicial”, dijo.
Señaló que también el gobierno de EEUU emplea el orden político de finales del siglo XVIII, se invoca a una ley de ese tiempo para justificar las expulsiones de inmigrantes. Lo denominan “constitucionalismo radical”, lo mezclan con contenidos contemporáneos y el manejo de redes con discursos de resentimiento.
“Son momentos de turbulencia que no se sabe cómo terminarán, cómo ver a Trump desde la mirada de globalización. Hay un punto de partido vinculado a la crisis”, dijo.
Esa mezcla de resentimiento, incompetencia y malicia desemboca en el violento desmantelamiento de las normas, evaluaciones y controles ambientales dentro de Estados Unidos, advirtió Gudynas.
“Los casos van desde la liberalización del sector petrolero, el despido de los guardaparques en las áreas protegidas, o el abandono de los acuerdos ambientales internacionales, con acciones similares a las tomadas por Javier Milei en Argentina”, sostuvo.
Son muchas tentaciones para los poderosos en el Sur, dijo el investigador al apuntar a los políticos sudamericanos que piensen que si Estados Unidos anula las evaluaciones de los impactos de las petroleras, lo mismo debería hacerse en sus países.
“Los que respiran aliviados al saber que se debilitan esos tratados internacionales y agencias de Naciones Unidas que denunciaban sus incumplimientos de los derechos humanos. O los incompetentes que no advierten que los vaivenes en los precios de las materias primas los hunden en más extractivismos”, señaló
Más allá de sus éxitos o fracasos, de sus verdades o sus hipocresías, esa institucionalidad internacional –apuntó Gudynas- brindaba defensas para muchas organizaciones ciudadanas, sindicatos o pueblos indígenas, y ahora todo ese entramado está en riesgo.
Gudynas explico que la historia de la globalización tenía un componente político cultural que no era menor, porque desde las potenciales mundiales como EEUU se liberaba el comercio de los aranceles, se reducían las trabas burocráticas y se ofrecía un estándar de las reglas de disciplinas para resolver disputas internacionales, con la idea de fomentar democracias liberales; procesos democrático justos, la noción de Derechos Humanos, derechos de las mujeres, entre otros.
“Muchos de nosotros, nuestras organizaciones que trataban temas de Derechos Humanos, cuestiones ambientales participaban de eso y también instituciones globales sobre eso porque cuando un gobierno del Sur incumplía normativas sobre DDHH íbamos al multilateralismo global para exigir salvaguardas de Derechos o la OIT con todo su mecanismo de protección a los sindicatos”, afirmó.
En ese marco dijo que la globalización eran los dos cuentos: el comercial y de historia político cultural y todo eso se está resquebrajando. “Por eso creo que esto es mucho más grave de lo que parece”, sostuvo.
Aumento del extractivismo
El experto advierte que el resquebrajamiento comercial tiene consecuencias, como el aumento del extractivismo asociado a la violencia, DDHH, desplazamiento de comunidades indígenas, entre otros que marcan los patrones de estos modelos.
El conversatorio contó con la participación del director del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), Óscar Campanini; el director de Fundación Tierra, Juan Pablo Chumacero, el director del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), Miguel Vargas, además de los expositores: Pablo Villegas, Alfonso Gumucio, la mexicana Aleida Azamar y el chileno Lucio Cuenca.
El Observatorio Latino Americano de la Globalización es una iniciativa del CEDIB junto a Observación Latino Americano de Conflictos Ambientales (OLCA) y el Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES).