Eduardo Gudynas: ‘Hay que abandonar la subordinación a la exportación de recursos naturales a la globalización’
AGENCIA DE NOTICIAS AMBIENTALES
Bajo un llamado a la acción que advierte que la Amazonía está al borde del colapso, el investigador uruguayo Eduardo Gudynas presentó “Amazonía, transiciones y alternativas antes del colapso” en la 28ª feria del Libro que se desarrolló en la sede de gobierno, precisamente cuando Bolivia es severamente afectada por los incendios, la deforestación, la caza y tráfico de animales silvestres así como el extractivismo con la minería y la exploración y explotación hidrocarburífera en áreas protegidas, sin olvidar la ganadería y los monocultivos extensivos como la soya, el maíz u otros.
“Específicamente, para el caso de la Amazonía, y en este libro que se está presentando ahora en Bolivia, es dejar en claro que los intentos que hubieron de asegurar la biodiversidad y la calidad de vida de la población amazónica, han fallado todos, uno tras otro, bajo diferentes modalidades de desarrollo…”, destacó el ecologista rioplatense en el evento promocionado por el Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib) del que Gudynas forma parte, al describir el texto que continúa la línea de trabajo que lleva adelante el Centro Latinoamericano de Ecología Social (Claes).
“…por tanto, el libro es un llamado a pensar y sentir de otro modo, más allá del desarrollo convencional para abordar la temática amazónica, y ahí hay una pista de cómo hacerlo que es pensar de otra manera la integración regional, abandonar la subordinación de exportación de recursos naturales a la globalización, reconocer que la Amazonía ya cuenta con sus propios recursos para pobladores y así sucesivamente, o sea es pensar de otro modo”.
El evento contó como presentadores a Óscar Campanini, investigador y director del Cedib, la senadora Cecilia Requena, secretaria de la Comisión de Tierra y Territorio, Recursos Naturales y Medio Ambiente del Senado, así como por el gobierno central estuvo Diego Pacheco, director general de Geopolítica del Vivir Bien y Política Exterior, sin descontar la importante presencia de periodistas y activistas ambientales.
Una región frágil y fragmentada
La región amazónica que desde el punto de vista ambiental se extiende por 7,5 millones de kilómetros cuadrados, está subdividida en ocho países y una colonia francesa es sumamente frágil considerando su gran biodiversidad, “Si cualquier elemento o vinculación se modifica o se anula, se disparan un sinnúmero de consecuencias, tanto locales como más allá de la Amazonía” (Amazonía: transiciones y alternativas antes del colapso, 2024).
“Si miro en la Amazonía como su gran bioma, está fracturada ya desde años de la colonia, está repartida entre ocho estados y una colonia francesa, y las decisiones que se toman dentro de cada uno de esos compartimientos son llevadas adelante en las capitales que están ubicadas en lugares no amazónicos y son manejadas casi siempre por personas ajenas a la Amazonía. Esa fractura se repite en el principal problema de apropiación del espacio amazónico que está expresado en esa fragmentación, en esa perforación de la continuidad de abrir emprendimientos (depredadores)…”, observó Gudynas al respecto.
Siguiendo el texto es posible advertir que además de todo ello, en la fragmentación a la que se hace referencia en la Amazonía, deben añadirse la multiplicación de los asentamientos o enclaves tales como los emprendimientos mineros, petroleros, ganaderos o de agricultura extensiva, entre otros, a los que Gudynas llama “extrovertidos” porque están desvinculados de su entorno y dependen de agentes externos a la Amazonía.
Extractivismo e incendios forestales
Y si bien los territorios amazónicos de Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa enfrentan el extractivismo, la depredación, la delincuencia, el saqueo y el paulatino exterminio de sus poblaciones indígenas que traen los desarrollismos clásicos, siendo solamente Ecuador el único ejemplo en el que su población, gracias a una consulta ciudadana, detuvo la explotación petrolera en la región amazónica de Yasuní (“Defensores del Yasuní de Ecuador sellan alianza con defensores de Tariquía y el Madidi de Bolivia”; “Se articulan áreas protegidas de Ecuador y Bolivia”, ANA 09/23); Bolivia -lamentablemente- no es ajena a ninguna de esas problemáticas.
“Amazonía: transiciones y alternativas antes del colapso” observa que la consecuencia de la fractura al interior del Movimiento Al Socialismo (MAS) “es que las disputas políticas están enfocadas en quiénes controlan los proyectos extractivos, pero no en discutir si estos son social y ecológicamente aceptables o no, si contribuyen al Vivir Bien (como mandata la Constitución), si permiten mejorar la situación amazónica o la empeoran, entretanto se suman denuncias de corrupción que afectan al Ministerio de Medio Ambiente, o sobre la trágica situación del servicio de las áreas protegidas que deja indefensos a los guardaparques”.
A ello se añaden los incendios, más bien quemas provocadas al interior y en los alrededores de áreas protegidas y forestales, que actualmente asolan regiones del oriente, incidiendo gravemente en la supervivencia de la biodiversidad, de los pueblos indígenas e inclusive amenazando refugios de vida silvestre, además de las sequías, la desaparición de acuíferos y el incremento del cambio climático, que, de acuerdo al análisis de la investigación presentada, vendría a ser una más de las facetas de los extractivismos, además de las crisis políticas, judiciales y económicas.
Alternativas más allá del desarrollo
En ese sentido se propone como una de las principal alternativa dejar de elaborar acciones en el marco del desarrollo tradicional con respecto a la Amazonía, si en realidad se pretende su subsistencia, la de sus ecosistemas, de su biodiversidad y de sus poblaciones indígenas, poner un freno a las concepciones que solo ven a la Amazonía como fuente de recursos a explotar; por el contrario, deben existir medidas destinadas a beneficiar a este sistema de vida tales como frenar los extractivismos y la apropiación de los recursos naturales o, al menos, su minimización drástica.
Quizá este intento de análisis de la investigación presentada por Gudynas estaría incompleto sin citar textualmente a una de sus reflexiones finales y que llama a la acción, respecto a que estas alternativas deben considerar el entorno ecológico característico particular de la Amazonía, a sus pueblos originarios, a sus selvas y a sus ríos, que son esenciales para proteger la vida.
“Sea de uno u otro modo, la situación actual es dramáticamente intolerable. Los que promueven la crisis son moralmente reprobables, pero nosotros no podemos ser testigos de los ecocidios y etnocidios en marcha. Se deben buscar cambios que no pueden repetir los ya conocidos, en tanto fracasan, por lo que las alternativas deben ser más ambiciosas y radicales, y además urgentes, ya que no queda más tiempo. En esa urgencia se fundamenta el compromiso de proteger la vida, toda ella, en la Amazonía”.