LA PAZ
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Deslizamiento en Codavisa expone la falta planificación urbana y prevención de desastres

AGENCIA DE NOTICIAS AMBIENTALES

El deslizamiento ocurrido en la urbanización de Codavisa, en la zona de Chasquipampa de la ciudad de La Paz, puso en evidencia la vulnerabilidad de ciertas áreas urbanas ante fenómenos naturales exacerbados por la lluvia, así como las debilidades en la gestión de riesgos en estas zonas.

Inicialmente se reportaron daños en ocho manzanos, pero el alcalde de La Paz, Iván Arias, advirtió que la afectación podría ampliarse hasta 30 manzanos en total. El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, informó que al menos 43 viviendas se encuentran comprometidas, con el riesgo inminente de derrumbe. Este desastre ha dejado a decenas de familias sin vivienda, ni servicios básicos y ha provocado numerosos daños materiales, poniendo en jaque la capacidad de respuesta de las autoridades y la comunidad.

Mientras la Alcaldía de La Paz asegura haber desplegado equipos de emergencia y habilitado albergues temporales, los vecinos denuncian falta de ayuda efectiva y se quejan del abandono por parte de las autoridades, la emergencia resalta la falta de planificación y control en la urbanización de terrenos, así como la insuficiente respuesta humanitaria y la carencia de medidas preventivas a largo plazo.

Causas del deslizamiento y vulnerabilidad del terreno

Según la Alcaldía de La Paz, el deslizamiento fue ocasionado por la saturación del suelo debido a intensas lluvias, lo que movilizó miles de toneladas de tierra. La inestabilidad de la zona es un problema recurrente, pues, como explicó el jefe de la Unidad de Reducción de Riesgos Geodinámicos, Óscar Luna Pizarro, «son deslizamientos que vienen ocurriendo hace muchos años y nuevamente se están activando por las lluvias».

A este problema geológico se suma la falta de regulación en la construcción de viviendas. Según datos de la Alcaldía, confirma que la mayoría de las viviendas afectadas no contaban con permisos de construcción. «Ninguna solicitud en cuanto a permisos de construcción, solamente dos predios han solicitado permisos de construcción de muros, no así del resto de las viviendas», afirmó el subalcalde del Macrodistrito Sur, Fabricio San Martín, lo que revela la ocupación de terrenos sin planificación urbana y sin estudios de suelo adecuados, aumentando la vulnerabilidad de las edificaciones.

Por otro lado, testimonios de los vecinos sugieren que la falta de obras de canalización y drenaje en la zona podría haber contribuido a la inestabilidad del terreno. Valerio Siro Poma Ortiz, vecino afectado, indicó que «por culpa del embovedado de los ríos que no se está realizando, hay estos deslizamientos, porque bajo el río está corriendo el agua y eso hace mover la tierra».

El fenómeno del deslizamiento no es nuevo en La Paz. La geología de la región, caracterizada por suelos arcillosos y pendientes pronunciadas, sumada a la urbanización sin control, genera un riesgo contante de colapsos de terrenos en este tipo de urbanizaciones.


Casa de dos pisos derrumbada en Codavisa. Foto: Benjamín Quispe

Respuesta de la Alcaldía: Evacuación y monitoreo

El subalcalde San Martín informó que, desde el primer momento del desastre, el Gobierno Municipal movilizó equipos de diferentes secretarías para atender la emergencia. «Lo primero que se ha hecho ha sido precautelar la seguridad de los vecinos, realizando evacuaciones preventivas en las zonas de mayor riesgo», explicó. Además, se está realizando un monitoreo constante del terreno para determinar el nivel de afectación y el riesgo de nuevos deslizamientos.

No obstante, la respuesta ha sido insuficiente para muchas familias afectadas. Neida Jigena, una vecina que aún habita en su vivienda en la parte alta de Codavisa, denunció la falta de servicios esenciales “no contamos con agua, ni con luz, lo que es más esencial para nuestras familias. Estamos en la oscuridad, todas estas noches hemos visto que tenemos poca seguridad».

Por otro lado, Valerio Siro Poma Ortiz, otro vecino damnificado, afirmó que «no nos ha llegado ni una botella de agua, algunas iglesias cristianas nos han dado almuerzo, pero de las autoridades no hemos recibido nada».

Para atender a las familias afectadas, San Martín indicó que se habilitó un albergue con capacidad para treinta y cinco familias, aunque solo tres lo ocupan actualmente, lo que sugiere una falta de comunicación entre la Alcaldía y los vecinos afectados del derrumbe, respecto a la oferta de refugio temporal.

La ayuda humanitaria: Una respuesta insuficiente


La capilla de la zona fue uno de los puntos de acopio de alimentos y ayuda humanitaria. Foto: AN

En ausencia de una respuesta efectiva del gobierno local y central, la ayuda humanitaria ha sido liderada por organizaciones religiosas y vecinos. La Iglesia Nazareno de Codavisa se convirtió en un centro de refugio y distribución de alimentos. «Estamos ayudando con lo que podemos: comida, agua, frazadas y ropa», explicó Alex Henrry Ticona Méndez, miembro de la iglesia.

Así mismo, señaló que se está haciendo una recolección de víveres y artículos de primera necesidad, pero que las exigencias siguen siendo muchas, «no tienen luz ni agua, la iglesia les está dando lo poco que tenemos, pero necesitamos más apoyo», explicó.

La situación ha generado frustración entre los afectados, quienes afirman que la ayuda municipal no ha llegado a todos. Benjamín Quispe, vecino de Codavisa, que aun habita su vivienda, aseguró que los funcionarios municipales han priorizado su propio bienestar antes que el de los afectados, «las ayudas llegan más para ellos que para nosotros». Así también, señala que «hasta el día de hoy necesitamos víveres, necesitamos agua, no tenemos electricidad y nuestros niños están totalmente abandonados».

Testimonios de los damnificados

Los vecinos afectados expresaron su preocupación ante la situación. Valerio Siro Poma Ortiz, cuya casa colapsó por el deslizamiento, relató el impacto del desastre: «Era algo increíble porque la montaña iba cayendo, se abrían las calles y tuvimos que evacuar con mi esposa (…) Hemos tomado las cosas que hemos podido y nos hemos ido saliendo y muchos han hecho eso, algunos se han quedado sin nada”.

A pesar del peligro, algunos residentes decidieron permanecer en la zona, como Neida Jigena, quien aún habita en su vivienda a pesar de las advertencias de evacuación: «Nos pusieron unas notas de desalojo pidiéndonos retirarnos de nuestras viviendas, pero nosotros no lo vamos a hacer, porque no tenemos dónde irnos, tenemos familias, hijos y por ese motivo no podemos irnos, porque no tenemos un lugar de refugio que nos ofrezcan”.

Así también, Benjamin Quispe, otro vecino damnificado, exige respuestas por parte de las autoridades “lo que estamos pidiendo es que se haga un estudio de suelo para así evacuar del lugar, que nos den una buena respuesta”, señala que se siente desahuciado, solicitando al alcalde de La Paz, Iván Arias, ayude a resolver la situación “necesitamos su ayuda en este momento, no tenemos con qué cocinarnos, la verdad, no tenemos agua, vivimos en total pobreza, se nos ha olvidado. Este Iván Arias cuando ha venido a las zonas nos ha prometido cosas y lamentablemente no se ha cumplido”.

Falta de planificación urbana y el desafío de la reubicación


La zona de Chasquipampa sigue presentando problemas de estabilidad como consecuencia de las lluvias y los movimientos de tierras

Uno de los problemas estructurales detrás de esta tragedia es la falta de regulación en la construcción de viviendas en zonas de alto riesgo. Valerio Siro Poma, representante de la zona Señor de Mayo, señala que los terrenos fueron adquiridos sin advertencias sobre el peligro de deslizamientos y ahora enfrentan la pérdida de sus hogares sin soluciones claras, “nadie nos ha advertido de parte de la Alcaldía de La Paz, hemos podido sacar el agua con un permiso de la Alcaldía de La Paz y hemos pagado impuestos a la Alcaldía de Palca”.

Por su parte, Benjamín Quispe, vecino de Codavisa, cuestiona la falta de claridad, del Gobierno Autonomo Municipal de La Paz, en la jurisdicción y denuncia problemas en la infraestructura, “nosotros tributamos a La Paz, él solamente nos dice que no tributamos, que pertenecemos a la parte de Palca, cuando no es así. Tenemos la obra que ha sido mal hecha del Iván Arias”.

Mientras tanto, la reconstrucción de viviendas sigue sin ser una opción inmediata debido a que el movimiento del suelo continúa activo. Según San Martín, esta tarea le correspondería al Gobierno Central a través de la Agencia Estatal de Vivienda.

Medidas necesarias para la gestión de riesgos

Este desastre pone en evidencia la necesidad urgente de una mejor planificación urbana y estrategias de prevención y mitigación de riesgos. Entre las propuestas de los vecinos está la construcción de embovedados para los ríos subterráneos que debilitan el suelo y la realización de estudios de suelo antes de permitir asentamientos en zonas de riesgo.

Además, es imperativo que las autoridades municipales y nacionales refuercen los sistemas de monitoreo y alerta temprana para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir en el futuro. El desastre de Codavisa no solo es una crisis humanitaria inmediata, sino también un llamado de atención sobre la falta de planificación y la gestión de riesgos en zonas urbanas vulnerables.