INDÍGENAS AFECTADOS
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Central Indígena Paiconeka reporta urgente evacuación de niños desde las comunidades por incendios

AGENCIA DE NOTICIAS AMBIENTALES

“La situación en el Distrito 5 se ha vuelto crítica. El humo espeso que cubre la zona ha obligado a la evacuación de los niños de la comunidad indígena Santa Ana, quienes se encuentran en grave riesgo por la contaminación del aire”, dice el informe de la Central Indígena Paiconeka.

La semana pasada, la organización indígena había informado que los habitantes de cinco comunidades, entre ellas Santa Ana, tuvieron que salir hacia el centro urbano del municipio de San Javier escapando del avance del fuego y del humo.

“A pesar de los esfuerzos incansables, el fuego continúa avanzando y ha atravesado las líneas de defensa, afectando a 5 comunidades. En este momento, solo las zonas urbanas están siendo protegidas”, dice el comunicado de la Central Paiconeka.

Cuesta respirar y la espalda y el pecho duelen


Pese a la desesperación de los padres, no es posible sacar a todos los niños porque estos últimos quieren quedarse con ellos (CEJIS-ODPIB)

Por su parte, reporta que 22 bomberos voluntarios de la organización han ingresado a la zona para reforzar la lucha contra el fuego. Ellos están poniendo sus vidas en riesgo para proteger nuestras tierras y comunidades.

Lorena Coimbra Durán, comunaria de La Esperanza, a dos horas de viaje en carro desde San Javier, explica que no es posible sacar a todos los niños y niñas de las comunidades porque prefieren quedarse al lado de sus padres, quienes están en la zona tratando de resguardar sus pocos bienes y pertenencias.

“Yo ayer me vine con mis niños a San Javier. Al mismo tiempo, la CIP-SJ ha evacuado a algunos niños de la comunidad Santa Ana para que sean atendidos en el hospital. En estos días han llegado las brigadas (del gobierno) nos han dado medicamentos para el resfrío y gotitas para los ojos, pero solo una vez han entrado”, dijo Coimbra. 

En la CIP-SJ se informó que las comunidades La Esperanza, Santa Ana, Tajibo, Santa María y 3 de Septiembre están próximas a ser alcanzadas por el fuego.

“Mis niños, todingos, yo, el papá, los abuelos, estamos resfriados. Me cuesta respirar, la espalda y el pecho me duelen para respirar, ¡cómo será ellos!, solo les hemos dado calmadolcito. Amanecen con lagañitas en los ojos, me tuve que venir a San Javier porque es demasiado exponerlos. El humo es bastante, no se ve de aquí a otra casa”, describió Coimbra, secretaria de actas de La Esperanza.

Esta semana, el fuego entró incluso a los potreros en algunas comunidades. Los vientos del sur, presentes en estos días, ayudaron a expandir las llamas. A esta situación se suma la falta de agua por la sequía presente y que tiende a agudizarse.  

Sin poder contener su emoción, Lorena Coimbra dijo que la gente en las comunidades se apoya en las ollas comunes por ahora, pero se necesita ayuda estratégica desde niveles gubernamentales porque sus fuerzas han sido rebasadas. “Otra cosa es estar ahí, no poder dormir, con la pena de los animales (muriendo), es bien devastador”, comentó sin poder contener sus sollozos.