Caza furtiva y tráfico de animales silvestres a la orden del día
AGENCIA DE NOTICIAS AMBIENTALES
Pese a la existencia en nuestros países de normativas legales que prohíben la tala, las quemas, la minería dentro de áreas protegidas, la caza furtiva, así como el tráfico, tenencia y venta de animales silvestres o partes de los mismos, como piel, cuero, dientes, plumas, etc., las autoridades de los diferentes niveles de gobierno no hacen cumplir esas disposiciones aduciendo desconocimiento o carencia de personal, entre otras cosas, o simplemente siendo totalmente indiferentes a ello.
Precisamente en ocasión del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021–2030), fue en el reciente Foro Social Panamazónico (Fospa) que se desarrolló hace menos de un par de semanas en Bolivia (Rurrenabaque y San Buenaventura), que se efectuó entre las actividades autogestionadas el conversatorio “Situación actual de los animales en el Amazonas, tráfico de animales, incendios, extractivismo”.
Y eso no es todo, bajo el lema “Ningún ser vivo es una propiedad”, este mes se conmemoró por primera vez en la historia el Día Internacional contra el Tráfico de Fauna Silvestre, instaurado por la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios (Alpza LATAM) con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre esta problemática que afecta a cerca a cien mil animales en nuestro continente y que precisa de urgentes acciones para su prevención y combate.
En el referido conversatorio se contó entre los invitados especiales al biólogo Vincent Vos, Nena Baltazar (Inti Wara Yassi), el comunario takana Nilo Chao y los guardaparques Margot Pilco y Marcos Uzquiano (Reserva de la Biósfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas; Reserva de Biosfera y Estación Biológica del Beni, respectivamente).
El investigador y biólogo independiente consideró que en el Parque Nacional Madidi debe haber como setenta especies de mamíferos de más de un kilo, agregó que diez por ciento de los peces del mundo viven en la Amazonía, más que en muchos océanos, a tiempo de estimar que un solo árbol de ese ecosistema tiene más especies de insectos que todo un país europeo, asimismo contempló que existen muchas especies en los microhábitats como los acuíferos, “a ese nivel de datos estamos”.
Caza furtiva y venta de animales silvestres
Recientemente, mediante la cuenta en redes sociales perteneciente a una autoridad municipal de una localidad amazónica, Teoponte, que se encuentra en la provincia Larecaja del departamento de La Paz, se difundieron imágenes en las que la comunidad Mangopata realizó su feria gastronómica donde se expuso comida típica del lugar, específicamente cuerpos de marimonos y algunos reptiles.
Al respecto surgieron varias críticas condenando la cacería de animales silvestres en zonas vulnerables que limitan con las áreas protegidas Mayaya y Dowara Kanda Tech. inclusive se sospechó que los marimonos pudieron haber sido cazados por el sector de Quendeque, dentro del Parque Nacional Madidi, “cuántas veces no se han dado a la fuga del control de los Guardaparques porque tienen motores más potentes (de sus botes)”.
“Yo soy de Riberalta también, allá en época de huevo de peta todo mundo come huevo de peta y si le dices «oye, es prohibido», responden «mi abuelo también comía», sí, pero en tiempos de tu abuela eran tres personas al lado de este arroyo, ahora de los ríos del Madidi sacan 50 mil huevos para vender en Riberalta y aquí en la playa ya no hay ninguna peta, originalmente había millones, se dan cuenta que eso no es sostenible, no puedes seguir haciéndolo porque es tu cultura”, comentó Vincent Vos luego del conversatorio.
“Hasta han normalizado que aquí en Rurrenabaque los hoteles tienen una paraba o que en el mercado de Riberalta le ves la cola de caimán, una especie en peligro de extinción”, observó el especialista.
Por su parte, Marcos Uzquiano, también presidente de la Asociación Boliviana de Guardaparques y Agentes de Conservación (Abolac), quien anteriormente también fue guardaparque del Parque Nacional Madidi, al referirse al tráfico de animales silvestres indicó que algunos fines de semana, después de las cinco de la tarde, se puede advertir a gente en motocicleta con escopetas y rifles dirigiéndose a cazar al bosque.
“Eso es básicamente como mirar un desfile de gente que está yendo a una guerra, pero a una guerra contra quiénes, contra nuestros animales silvestres, la fauna nativa que tenemos en la zona, son básicamente cazadores que se dedican a la cacería furtiva, están cada vez penetrando a lugares incluso protegidos de algunas zonas acá del mismo Parque Madidi o de la misma Reserva de la Biosfera Pilón Lajas”.
A fin de detener todo ello, Uzquiano consideró que es muy necesario que las autoridades de los municipios actúen allí donde se trafica y vende animales silvestres, partes o su carne, alegando que ello es algo ancestral.
Donde ya no es jurisdicción de un área protegida es deber de las autoridades municipales el impedirlo y realizar controles, ello en las áreas rurales, porque inclusive en la misma feria 16 de Julio de la ciudad de El Alto pudo evidenciarse en varias ocasiones la venta de animales silvestres.
“La alternativa sería ésa, mayor fiscalización, una mayor coordinación a nivel interinstitucional entre estos distintos niveles del Estado y también mayores acciones de prevención, de sensibilización con las comunidades, pero un fortalecimiento directo al trabajo que hacen los guardaparques para que por lo menos lo que está dentro de áreas protegidas pueda ser protegido realmente como debe ser”, propuso el presidente de Abolac.
Tráfico impune y desvergonzado
Ya es más de una semana que se hizo una denuncia sobre tráfico de animales silvestres a las autoridades, pero aún no se recibió respuesta alguna.
Todo ocurrió cuando a eso de las cinco y media de la tarde, en la terminal de buses de Rurrenabaque, luego del evento ambiental que congregó a más de mil personas tanto de nuestro país como de otros del área amazónica, algunos participantes del mismo y que se aprestaban a retornar a sus puntos de origen, advirtieron la llegada en motocicleta a la terminal de dos sujetos que se llevaban a una paraba (Ara severus) en una caja de madera cubierta con una red verde.
En aquella ocasión fueron Cecilia Sanjinez, corresponsal de la Agencia de Noticias Ambientales en Pando conjuntamente a la bióloga Ximena Morales, quienes tomaron algunas fotografías del suceso. Inclusive uno de los que se quedó en la motocicleta al advertir ello les espetó que estaba prohibido tomar imágenes, a lo que ellas respondieron que no era así, agregando que lo prohibido era el tráfico de animales silvestres.
Sin embargo, pese a que quisieron denunciar, no había ningún policía en el retén de esa terminal, de la misma manera el número telefónico de la Policía de Rurrenabaque estaba fuera de servicio, tampoco se halló al intendente. Inclusive las ambientalistas observaron que una de las dos personas de la motocicleta llevaba puesto un chaleco identificado con una institución gubernamental del rubro agropecuario.
Después de lo sucedido, luego que los dos sujetos constataron que habían sido descubiertos, se dieron a la fuga en la motocicleta llevándose a la paraba, sin saberse más de ellos.
Pero eso no fue todo, Jhessenia González, una activista ambiental y bombero voluntaria, precisamente quien organizó el conversatorio sobre animales silvestres, se apersonó al día siguiente de lo ocurrido, es decir el 16 de junio, a dicha terminal, donde tampoco había autoridades para recibir la denuncia, pero sí se logró dejar un cartel en el lugar con un mensaje contra el tráfico de animales silvestres.
Después, en la guardia Naval del puerto, les indicaron que ello es algo ordinario, pues constantemente se trasladan animales silvestres del lugar, lo que se hace “con toda normalidad”. Por su parte, la Policía Patrullera tampoco quiso recibir la denuncia.
Finalmente, después de todos los intentos frustrados, por fin fue recibida la denuncia en el Comando Cantonal de la Policía de ese distrito, aunque de acuerdo a los testimonios que denuncian el hecho en redes sociales, hubo algunas reticencias para su recepción, “posteriormente nos apersonamos al Comando Cantonal de la Policía, quienes apenas hicieron recepción de la denuncia”.
De la presentación de la denuncia data más de una semana y hasta el momento no existe ningún avance, pese a que el tráfico de animales silvestres está catalogado como un delito.
Llaveros con crías de yacaré
Inclusive se logró evidenciar que, en una feria artesanal recientemente desarrollada en el municipio de San Buenaventura, se ofertaban como artesanías, nada menos que llaveros hechos con las cabezas disecadas de crías de caimán yacaré.
El yacaré (Alligator niger), considerado como un sobreviviente de la fauna americana, es un reptil anfibio cuyo hábitat esta constituido por los humedales amazónicos, pero al día de hoy la especie es víctima de caza furtiva y la progresiva pérdida de los espacios naturales en los que vive.
Este animal generalmente se alimenta de peces, en Bolivia suele habitar al oriente del país e inclusive llega a vivir hasta los ochenta años. Sin embargo, fue sorpresivo e indignante ver que en algunas páginas de internet ofertan nada menos que chicharrón de yacaré, “con buen acompañamiento de yuca y plátano”, como si fuera lo más normal del mundo.
“Me sorprendí bastante anoche cuando me tope con este puesto que estaba vendiendo las cabezas de cría de caimán como llaveros y a solo 20bs, la señora me indicaba que viene de Trinidad, justo a esto me refería cuando decía que hay mucho que se debería trabajar en este tema, nadie está controlando, nadie está haciendo nada…” escribió la bióloga Ximena Morales al pie del video respectivo.