Sucre se prepara para el Bicentenario: la Manzana Jesuítica como eje histórico y ceremonial
Iván Ramos - Periodismo que Cuenta
En el marco de los preparativos para la conmemoración del Bicentenario de Bolivia, el próximo 6 de agosto de 2025, se impulsa un ambicioso proyecto en Sucre para integrar los emblemáticos espacios históricos de la Manzana Jesuítica. Este esfuerzo busca ampliar los escenarios para actividades ceremoniales, protocolares y conmemorativas que honren los 200 años de la independencia nacional.
La Manzana Jesuítica, un conjunto arquitectónico y cultural que data de finales del siglo XVI, alberga edificios fundamentales como la Universidad de San Francisco Xavier, fundada en 1624 por Fray Frías de Herrán, la Casa de la Libertad y la Iglesia de San Miguel. Este espacio histórico fue concebido originalmente para funcionar como un colegio y luego se consolidó como un referente académico de la región, siendo testigo de los hitos más importantes en la historia de Bolivia y Sudamérica.
“Hemos encontrado la voluntad de las autoridades para integrar la Manzana Jesuítica,” señaló el delegado presidencial para la conmemoración del Bicentenario, Martín Maturano. Según el representante, este proyecto no solo busca revitalizar los espacios históricos, sino también convertir a Sucre en el centro simbólico de los festejos nacionales.
La Casa de la Libertad, corazón de este conjunto, fue el escenario donde se proclamó la independencia del Alto Perú el 6 de agosto de 1825. Además, este edificio guarda el legado de haber graduado a figuras que lideraron las revoluciones libertarias de 1809 en Chuquisaca y La Paz, así como las de 1810 en Quito y Buenos Aires, estableciendo hitos fundamentales en el proceso independentista de la región.
El diseño original de la Manzana Jesuítica, iniciado en 1592, se organizó en seis espacios principales: dos amplios patios centrales, dos laterales y una huerta que equilibraba la distribución. Su arquitectura refleja la fusión de elementos religiosos, académicos y civiles que definieron su propósito.
En el presente, la planificación del Bicentenario propone revitalizar estos espacios y consolidarlos como un eje integrador para los actos oficiales. La intención es recuperar y resaltar el valor histórico y patrimonial de este conjunto, buscando que Sucre no solo sea un escenario ceremonial, sino también un símbolo vivo de la independencia y la historia nacional.
Con esta iniciativa, Sucre refuerza su posición como la cuna de la independencia boliviana y su compromiso con la memoria histórica, en un esfuerzo por vincular el pasado con los desafíos del presente y las aspiraciones del futuro.