Por: Radio Patujú

La voz débil de su padre contrastó con la firmeza del reclamo. Una joven denunció mal trato del personal de salud y la falta de equipamiento e infraestructura en el hospital municipal de San Borja.

Jesús Rodríguez Flores, de 60 años de edad, requirió atención médica el 28 de diciembre del año pasado, poco después falleció.

Amairani Rodríguez Paz secó sus lágrimas, se armó de valor y publicó un video donde se la escucha reclamar mejores cuidados para su padre, mientras que él, agonizante repetía: “Estoy mal”.

“Aunque sea una camilla pónganos acá afuera, por favor”, pidió la joven. “No puedo”, escuchó como respuesta de parte de un personal médico.

Su padre sufría. Necesitaba que le cambien una bolsa de colostomía, le coloquen una sonda nasogástrica y le hagan exámenes de laboratorio. La familia que fue en busca de cuidados médicos encontró, para su infortunio, las malas condiciones en las que se debaten pacientes, enfermeras y galenos en el hospital borjano, en el Beni.

“Ya no aguanto, hija”, se escucha decir al paciente cada vez más frágil. Ella seguía reclamando, exigiendo un trato digno. Firme, decidida.

“Reclámele al laboratorio, no a mí”, fue otra respuesta con la que abofetearon a la joven, mientras el enfermo no encontraba alivio.

Los hechos se desarrollaron el 28 de diciembre. El hombre murió al día siguiente. Luchaba contra el cáncer de colon. Hoy, la familia sigue rezando su novena.

Ante la publicación del video, el director a.i. del hospital Municipal de San Borja, David Mamani, reconoció que el nosocomio ya no tiene las condiciones para atender a la población borjana por el crecimiento vegetativo.

Aunque también, dejó abierta la posibilidad de revisar el comportamiento que tiene el personal a la hora de atender a los ciudadanos.

“Quizás tengamos funcionarios que no estén atendiendo bien”, indicó.

“Hay que solucionar, si tienen que haber cambios, los habrán”, añadió.

Sin embargo, nadie del municipio ni del centro de salud se ha comunicado con la familia doliente para hacerles saber que su queja será atendida. Todo hace pensar que será otra voz adolorida que nadie escucha en el hospital de San Borja. ///