TRAS UN AÑO DE ESTAR PARALIZADA
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Planta de Amoniaco y Urea se reactiva este mes, afirma Gerente de Industrialización de YPFB

Gerente nacional de Industrialización de YPFB, Henry Lapaca. Foto/RRSS

La Planta de Amoniaco y Urea retomará este mes la fase de producción, luego de haber cumplido varias etapas de reparación y mantenimiento de sus equipos, informó el gerente nacional de Industrialización de YPFB, Henry Lapaca. 

Indicó que actualmente se encuentra en fase de arranque tras haber superado las anteriores fases de diagnóstico, mantenimiento, revisión de todos los parámetros operativos, disponibilidad de las máquinas, conforme el plan de trabajo diseñado en diciembre del año pasado.

Explicó que la producción de urea permitirá cubrir la demanda del mercado interno, que durante un año y nueve meses los productores nacionales estuvieron comprando a precios elevadísimos y a partir del reinicio podrán adquirir a precios bajos.

Destacó el efecto multiplicador económico y social que tendrá el funcionamiento, generando empleos, primero en la ejecución de las cuatro etapas y luego en la fase de producción, porque también comenzarán a moverse los transportistas encargados de la logística del mercado interno y de exportación.   

Dijo que la urea moverá la economía incentivando la producción agrícola y esto también generará empleos directos e indirectos.

Lapaca es uno de los ingenieros que estuvo desde el principio de la construcción de la Planta y en base a esta su experiencia, manifestó que la utilización de la capacidad instalada será de manera gradual.

“Hay que ser muy responsable en esto. Si en este momento le damos al cien por ciento de la planta, lo podemos hacer, pero no sabemos cómo se van a comportar las máquinas que han estado paralizadas un año y nueve meses y, en ese sentido, no podemos darle full a la planta. Hay que ir despacio e ir viendo el comportamiento de los equipos para resguardar la integridad de los mismos y asegurar la continuidad”, indicó.

La recuperación de la planta demandó una inversión de 52 millones de dólares por la reparación de turbinas y calderos dañados, planta de nitrógeno inoperable, entre otros equipos y complementos que tiene. Entre tanto el daño económico subió de 260 a 428 millones de dólares por la paralización de la industria petroquímica.