Energía hidráulica: el futuro energético de Bolivia en El Carrizal
Por Iván Ramos - Periodismo que Cuenta
Bolivia se encuentra en un momento crucial para redefinir su matriz energética. Con la producción de gas natural en declive y los costos de importación de combustibles alcanzando los 3 mil millones de dólares anuales, la inversión en energía hidroeléctrica emerge como una alternativa viable y necesaria. En este contexto, el proyecto hidroeléctrico de El Carrizal se posiciona como una solución estratégica que podría transformar el panorama energético del país.
UNA INVERSIÓN ESTRATÉGICA
El cañón de Pilaya, con una profundidad de 3.030 metros, es el sexto más profundo del mundo y ofrece condiciones óptimas para la generación de energía hidroeléctrica. Fernando Rodríguez, experto en gas y petróleo, subraya la importancia de este proyecto. "En términos generales, Bolivia produce el 80% de su electricidad con gas y un 20% con energía hidráulica. Esta fórmula debe cambiar y producir más energía con el movimiento del agua", señaló Rodríguez.
Bolivia actualmente produce entre 250 y 300 megavatios (MW) de energía hidráulica, mientras que el consumo en horas pico alcanza los 1.500 MW. El proyecto de El Carrizal, que cuenta con un diseño final elaborado por Aguilar y Asociados, promete generar una cuarta parte del consumo energético actual del país.
BENEFICIOS ECONÓMICOS Y AMBIENTALES
El costo total del proyecto se estima en 900 millones de dólares, con un retorno anual de 235 millones de dólares gracias a la generación de energía hidroeléctrica. Esta inversión no solo permitiría reducir la dependencia del gas natural para la generación de electricidad, sino que también liberaría gas para su exportación, donde los precios son más altos.
El Carrizal, ubicado en una zona de poca vegetación, tendría un impacto ambiental mínimo en comparación con otros proyectos hidroeléctricos. Además, el embalse planificado tendría una capacidad de 1.334 hectómetros cúbicos, equivalente a unas 453.600 piscinas olímpicas, proporcionando un recurso valioso para el riego y el turismo.
IMPACTO REGIONAL Y NACIONAL
Los departamentos de Chuquisaca, Potosí y Tarija se verán beneficiados de manera significativa. Tarija, en particular, podría aumentar su producción agrícola gracias al riego regulado de 90.000 hectáreas, generando ingresos de hasta 54 millones de dólares anuales solo con la producción de soya. Chuquisaca tendría una ventaja adicional en las licitaciones para proveer insumos necesarios para la construcción.
El proyecto también promete generar mil empleos directos durante su construcción, abarcando desde obreros hasta técnicos especializados. La infraestructura necesaria incluye 1,2 millones de toneladas de cemento y 4 millones de toneladas de áridos, lo que representa una oportunidad económica considerable para la región.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN
Fernando Rodríguez ha hecho un llamado a ambientalistas, universidades y técnicos a debatir de manera abierta esta posibilidad, pensando en el beneficio del país. "Este es el momento para el cambio de matriz energética en el planeta", afirmó Rodríguez, destacando la urgencia de diversificar las fuentes de energía y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Con el diseño final listo y las condiciones óptimas para su construcción, El Carrizal representa una oportunidad única para Bolivia. La inversión en energía hidroeléctrica no solo es una necesidad económica, sino también una responsabilidad ambiental y social. Es el momento de actuar y asegurar un futuro energético sostenible para las generaciones venideras.