Por Marcelo De la Cruz 

Para The Strongest terminó una semana muy extraña, el Gualdinegro hizo un intercambio de ciudades con Wilstermann y da la impresión que no fue el favorecido. Algo que parecía una buena idea terminó siendo un dolor de cabeza que es preferible olvidarlo.

Si algo se le puede reprochar a la logística del Tigre, es no haber revisado antes como estaba la cancha de Wilstermann en su complejo. Se podrían haber ahorrado colerones y el trabajo hubiera sido tal como se lo planificó, pero ya está, la semana en Cochabamba terminó para el Tigre que se desespera por volver a La Paz. 

Primero fue el lunes que la utilería que tuvo que pasar bloqueos terrestres y ese momento amargo es imperdonable. Luego fue Ramallo diciendo a los medios con molestia que la cancha estaba mala. Pero la verdad es que estaba muy mala y los personeros del Rojo poco o nada hicieron por mejorarla en la misma semana. Luego Díaz aumentando la polémica en Achumani, claro ahí los aviadores la pasaban muy bien, es más, agradecidos se fueron este viernes. Cuando el miércoles estaba todo listo para volver se dieron cuenta que no había un pasaje libre en avión para regresar. ¿Qué hacer?, nada, a cumplir nomás lo que faltaba en el Valle.

Hubo mucho apoyo de parte de los empleados del Rojo, no se niega eso, pero por la cancha hicieron nada. Hay una persona muy molesta: Pablo Lavallén, no se imaginó nunca que en Bolivia iba a pasar esto, y es lógico, se supone que es una primera División. Ahora también hay que decir que este cuerpo técnico novel en Bolivia tendrá que acostumbrarse a cosas como esta toda la temporada de su estancia.

El domingo jugará The Strongest un amistoso con Nacional Potosí a puerta cerrada, lo que tenía que haber sido un amistoso con Wilstermann este sábado, suspendido con obviedad después de lo ocurrido. 

Solo el tiempo dirá si esta semana fue perdida o solo una anécdota.