El 2020 aprendimos a valorar

Por Moisés Mercado S. - Analista Económico

“Pues donde está tu tesoro; allí estará también tu corazón”Mateo 6: 21

Llega el fin de año y realizamos una evaluaciónde lo acontecido el 2020. Es un recuento personal y familiar en el que miramos hacia atrás y la mayoría de los bolivian@s sentimos que los acontecimientosque se sucedieron fueron muy duros. Aunque nos llenan de tristeza y nostalgia, procuramos colocarlos en positivo, de tal manera que los aprendizajes obtenidos los convertimos, a través de la reflexión, en aspectos valorativos de lo que vivimosen los doce meses transcurridos para ver el futuro con optimismo y mejorar a partir de lo asimilado.

Aprendimos a valorar la vida. Esta Pandemia generada por elCOVID 19 se llevó a algún ser querido o a alguien cercano a nosotros. Esta Navidad no recibimos esa llamada o abrazo que gozábamos en estas fiestas; nos quedan los recuerdos traumáticos de la enfermedad, la muerte y la ausencia obligada; otras personas se enfermaron, lo superaron y sobrevivieron. Continuamos con vida gracias a la bendición de Dios y el personal sanitario que desplegó su mejor esfuerzo;así personas que queremos continúan a nuestro lado. Sin embargo, la amenaza continúa y aprendimos que cada minuto es valioso al lado de los nuestros y aprendimos avivir intensamente como si hoy fuera el último día.

Aprendimos a valorar los recursos. La economía se contrajo, se desaceleraron las actividades;nos confinaron para evitar el contagio, los países cerraron sus fronteras, el comercio internacional y nacional se detuvo;la mayoría de los bolivian@s redujo sus ingresos hasta los niveles mínimos. Aprendimos a administrar mejor los escasos recursos y nos dimos cuenta que si antes disponíamos deBs.100ahora con Bs.10 hacemos lo posible de continuar nuestras actividades. Aprendimos que cada peso que conseguimos es fruto de nuestro trabajo,por tanto, valioso y seguro que en el futuro seremos más previsores.

Aprendimos a valorar la familia. El confinamiento unió a las familias de forma obligatoria, por lo que tuvieron que entenderse, aceptarse, enojarse y reconciliarse. Tanto los espososentre sí, como los padres con los hijos, entre hermanos y abueloslloraron y rieron mucho,tuvieron temor a la enfermedad y a la realidad política, social y económica. Aunquetambién hubo familias que se disolvieron, la mayoría aprendimos que el bienmás preciadode nuestra vida es la familia que nos llena de calor, amor, alegría, que esel motor y la razón de nuestras vidas. Este tiempo nos unimos más, aprendimos mucho el uno del otro, pero sobre todo a amarnos intensamente.

Aprendimos a valorar el trabajo, el empleo y el negocio que son la fuente del sustento de nuestros hogares. En esta Pandemia se cerraron muchos negocios y se perdieron numerosasfuentes de trabajo. La tristeza y desesperación llegaron a lasfamilias bolivianas; muchas de ellas hasta el día de hoy desplegaron su ingenioe iniciaron actividades alternativas que ayudaron en la medida de lo posible a generar ingresos,aunque sea mínimos para conseguir el pan de cada día.

Aprendimos a valorar la educación. Se clausuró el año académico, cerraron sus puertas colegios, institutos y universidades.Se hizo lo posible para llevar adelante la educación virtual con celulares y computadoras. Como no todos tenían acceso aWi-fi, compraron tarjetas para obtener megas que se consumían rápidamente en sus clases. Los profesores improvisaron, desplegaronsu creatividad para explicar, a través de muchos medios, los contenidos educativos. Aprendimosy descubrimos cómoutilizardistintas plataformas educativas; muchos profesores, docentes y estudiantes se quedaron en el camino,pero hicieron lo posible por salir adelante. Dimos colectivamente el salto digital a nuevas plataformas como Zoom, Google Meet, Classroom, Moodle y otras,las cuales fueron una herramienta clave para el aprendizaje, aunque constituyentodavía un gran desafío, y también una incógnita.

Aprendimos a valorar la libertad y la democracia con inclusión. Estuvimos muy cerca del enfrentamiento entre bolivian@s. Nos dividió, en algún momento, el racismo y el regionalismo. Como resultado murieron muchas personas, otras salieron exiliadas del país.Centenares de bolivianos fueron heridos y detenidos por causas políticas. El miedo, la desesperación y la incertidumbre se apoderaron dela mayoría de las familias bolivian@s. Al final se realizaron las elecciones, en las cuales el soberano eligió al gobierno a través del voto; ahora la expectativa tiene el tamaño del resultado. Valoramos la democracia, la libertad y la inclusión social. Bolivia es para y de todos sin importar el color de piel, nuestra condición étnica, ni la región donde nacimos. Al final del túnel el amor es más fuerte.