12 de octubre de 1492: la historia desde una mirada del Abya Yala

Por: Emb. Fernando Huanacuni Mamani*

A pesar de innumerables investigaciones de historiadores que rebaten la teoría del descubrimiento de “América” en 1492, aún hasta el día de hoy, esa es la historia que se da por sentada, y desconcierta cómo muchos historiadores de visión occidental no han mostrado siquiera curiosidad en investigar esas nuevas teorías que desbaratan “la historia oficial”. Como por ejemplo la investigación del inglés Gavin Menzies,que revela que en 1421, elalmirante Zheng He realizó diferentes expediciones navales al mando de una flota de más de un centenar de naves y de un tamaño cincuenta veces mayorque las tres carabelas.

Hace 555 años, alrededor de 1465, antes de que Cristóbal Colón llegara al Abya Yala, el entonces Túpac Yupanqui, quien luego se convertió en el décimo primer gobernante de la cultura inca, emprendió una expedición a las actuales islas de la Polinesia, una de las subregiones de Oceanía.Luego de obtener el control de la isla Puná (Ecuador), a la que llegó en balsa, Yupanqui recibió noticias de la existencia de dos islas lejanas: Auachumbi y Ninachumbi, que albergaban una gran variedad de recursos.

Con 120 embarcaciones y 20.000 hombres, Túpac Yupanqui, de acuerdo con la investigación de José Antonio del Busto, inició su aventura a estas dos islas, que se tratarían de Mangareva y Rapa Nui (Isla de Pascua), y también llegaría a Nuku Hiva, en el archipiélago de Las Marquesas.

Otra evidencia históricaes la investigación de la médica forense alemana, Svetla Balabanova, que demostró la presencia de altos niveles de restos de coca y nicotina en momias egipcias; hecho que prueba la existencia de un intercambio marítimo transoceánico desde hace 5 mil años con el continente del Abya Yala.

Por otro lado, la investigación de Charles Mannconcluye que en 1491, algunas ciudades como Tenochtitlán, además de contar con agua corriente, hermosos jardines botánicos y calles de una limpieza “inmaculada”, cultivaban el maíz mediante procedimientos tan sofisticados que han sido catalogados como grandes hazañas de la ingeniería genética. Lo que confirma que mucho antes de la llegada de Colón, no sólo habían pueblos organizados poseedores de sabias tecnologías, sino que los pueblos antiguos realizaban intercambios y encuentros desde siempre, sin el afán de someter, ni de imponer sus creencias, o formas de vida. 

Algunos investigadores afirman que la población originaria en todo el continente del Abya Yala en 1492, era de 100 millones. Sin embargo, López de Velasco, del Consejo de Indias, estimó que para el año 1570, había solamente 10 millones de habitantes, es decir que en 78 años el descenso demográfico hasta 1570, sería del 90%.

Lo cierto es que un 12 de octubre de 1492, empieza un tiempo de oscuridadparala historia delos pueblos indígena originarios del continente del Abya Yala, que trajo consigo el nacimiento de la “modernidad” y la “civilización”, que hasta hoyalgunas personas consideran necesarios, yésta es una de las razones por las que cuesta tanto descolonizarnos.

En su pensamiento todavía colonial, al ser humano moderno no le interesa escuchar a los pueblos indígena originarios; quienes tenemos desde nuestra vivencia y saberes, propuestas aplicables a los ámbitos económico, jurídico, educativo o político de nuestros países, que pueden resolver muchos de los problemas actuales. Pero como afirma Javier Sanjinés, “no hay modernidad sin colonialidad”.

Al parecer los pueblos necesitan experimentar por sí mismos que la modernidad,que promueve, entre otras cosas, el individualismo, viene de la mano de la decadencia de la vida, al alejarnos de la Madre Tierra.

Sin embargo los pueblos indígena originarios sabemos, que así como un día llegó un tiempo de oscuridad para nuestra historia, hoy estamos presenciando un nuevo amanecer, en esa ciclicidad permanente de la vida.Hoy,nuestras voces son escuchadas para volver a esa esencia natural y eterna del ser humano que es equilibrio y armonía con la Madre Tierra, y a ese espíritu comunitario y complementario capaz de renovar la vida. En aymara y quechua este tiempo se conoce como “Pachakuti”, “un cambio de época” porque sabemos que el ímpetu de este renacer no es sólo humano, es un renacer de la vida, de la pacha.


*Es aymara, miembro de la Comunidad Sariri.