Por: Elías Caurey*
Hace más de un mes que tuve un sueño. Sueño que no me ha dejado tranquilo desde entonces. El sueño (paɨu), en la cultura guaraní, tiene mucho que ver con las acciones cotidianas, solo es cuestión de saberlo interpretar, al igual que a los mitos, como diría el antropólogo Joseph Campbell “el mito es el sueño público, y el sueño es el mito privado”. En efecto, narraremos lo soñado:
La noche está comenzando en Itakuru. El viento fuerte de norte a sur ha bajado de intensidad. Es agosto. No hay las risotadas habituales en el pueblo. La abuela Ɨresa y el abuelo Yaguarova están al pie del fogón junto a sus nietos Arandu y Aramí; Nambitï, un perro no muy grande, también está haciendo compañía.
Al oeste, el cielo comienza a verse carmesí. Es el resplandor del fuego que arde desde hace varios días y donde están los padres de Arandu y Aramí, trabajando para apagar el fuego. Si bien es luna llena, la humareda opaca al plenilunio. Hay tristeza en el corazón del tiempo.
El fogón arde lento. De rato en rato chisporrotea. Los niños se limpian sus legañas y Nambitï mira fijamente como danzan las llamas del fuego. Hay silencio de los que están al pie del fogón. Después de un rato, Aramí rompe el silencio y pregunta a sus abuelos:
• ¿Cuándo cesará el fuego en Yembɨguasu?
• Cuando los dioses se apiaden de nosotros y hagan llover, hijita. Responde el abuelo.
• ¿Qué tienen que ver los dioses? O ¿Por qué debemos tener su benevolencia? Pregunta Arandu; a la que, responde en guaraní la abuela:
Opako mbae-mbae reta iya oï Arakua yande mboarakuaäko oï, Ngará yaikuaa kereïaguara tata oyepota yembɨ kotɨ, iyakarakuaä vae reta jeko pegua; Ngarai iyangapɨ iyarakuaä vae reta, opama oitɨvɨro ɨvɨ iarambope oï vae retare yave, ɨporu rami, jaema opokota ɨvɨ kɨraure, ɨvɨ ɨguɨpe oï vaere; Jekuae avei yayangareko vaerä ñande ɨvɨpo retare jare yaechauka iyarakuaä vae retape, ñamomɨrätako ñane ñee jare yaguata ñande reko rupi; |
Cada elemento del universo tiene espíritu, Demasiada razón nos vuelve irracional, No sabremos qué fue lo que originó el fuego al Este del territorio, por culpa de los irracionales; Los irracionales no descansarán hasta saciar su racionalidad, depredarán todo lo que hay en la faz de la tierra, como la gran agua que devora, y luego irán por la grasa de la tierra (petróleo) que está en las profundidades; Para seguir siendo guardianes de nuestro territorio y de lo que hay en ella y enseñarles a los irracionales, es menester fortalecer al guaraní y caminar por nuestro modo de ser; |
Sɨrɨrɨkɨ! Despierto. No logré soñar el desenlace de la historia, dejándome interrogantes como: ¿Será necesario atenuar la fe en la razón?, ¿Qué mundo vamos a dejar a los que vienen detrás de nosotros?, ¿Aún tendrá las fuerzas necesarias el espíritu guaraní para sustentar las conexiones con todas las formas de vida en su territorio?...
GLOSARIO:
Aramí. Diminuto tiempo-espacio.
Arandu: El que siente el tiempo.
Itakuru: Piedra áspera, corrugada u hosco.
Ɨresa: Ojos de agua.
Karai: el no guaraní.
Nambitï: De orejas blanca.
Yaguarova: Rostro o cara de jaguar.
Yembɨ: El Este o lugar en la parte de abajo del territorio guaraní.
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*Sociólogo y antropólogo guaraní