Evo perdiste

Por: Iván Arias

“Dios te ofrece otra oportunidad. Estas a tiempo de salir por donde entraste victorioso y, para ello, tienes dos caminos en tus manos y en tu lengua. Basta que, unilateralmente digas, vamos a segunda vuelta o, sino, anulemos las elecciones y volvamos a votar todo. De ir al rincón de la ignominia, subirías al portal de los respetables”

Hagas lo que hagas, ya perdiste. Ye te quedes o te vayas. Seguro buscarás quedarte en el poder a como dé lugar: confrontándonos y alimentando tu vocación de poder con sangre de bolivianos y bolivianas derramada en tu lucha provocada. Te puedes quedar, pero ya perdiste y ganaste entrar en el podio de los más rechazados. Pudiste salir por la puerta ancha, pero te llevaron a montarte en la ignominia de un caudillo soberbio, desamorado, perdido y cruel.

Desde hace tiempo que tú ya no enamoras ni a tu propia sombra. Tu sonrisa es fingida y no puedes ocultar lo que en la soledad de tu suite del palacete sabes: la estas fregando desde hace tiempo. En tus apariciones estelares en la televisión ni el talco ni los polvos que te ponen pueden ocultar las facciones de tu rostro dolido por la rabia contigo mismo, pero que, como no sabes ser autocritico, buscas culpables. Acusas y amenazas sin medida ni clemencia

El poder te ha perdido y a tus lame abarcas de ayer y amarra guatos de hoy les estas importando un bledo. No quieren tu felicidad, sino la suya propia. Eres el instrumento de su vanidad y gloria. Sus alabanzas son para que el robo, asalto y estafa al bien público no se les termine. No te quieren, te usan. Te meten ideas de grandeza y de terror. “Eres lo máximo, pero te quieren matar”. Es el pretexto para aislarte del mundo y mostrarte lo que ellos quieren que veas y oigas. Por eso andas desencajado, deschavetado por lo que te has vuelto cínico 

Tu sentido común, ese que te permitió llegar a donde llegaste lo has perdido desde el momento que decidiste usar el veneno de la venganza y el odio. Conocedores de estos tus gustos alimenticios, tus amanuenses te lo sirven en finas y criollas presentaciones que te saben a manjares. Ya no oyes, solo mandas. Todos los que tuvieron la suerte de estar contigo, uno de ellos los del Comité Cívico de Potosí, en vez de salir admirados, salieron asqueados de tu petulante proceder. “Te da la mano y no te mira a la cara- relataba Milton Lérida a un medio local- Ni siquiera lee lo que le das y, peor solo él habla y, cuando crees que te va oír, a la legua se nota que no te escucha”

Ya no engañas, porque te subiste a un engaño monumental como fue esa peregrina idea del socialismo del siglo XXI. A tus sesenta años sigues hablando del socialismo sin tener la más mínima idea de lo que es, en la vida cotidiana esa mentira. Hablas de justica social y vives en un palacete que pediste construyeran a tu imagen y semejanza: frio, feo, fatuo y farsante. La mentira solo se mantiene si la dices una y mil veces, hasta que te la crees tú mismo y a los que se las dices. Por esos armaste una gigante red de medios estatales y, dizque, comunitarios para que vendan por todo el país, tu mentira.

Veo a los cientos de campesinos que mueves para, según tus amantes de la confrontación, defenderte de un “golpe de estado” y los veo sin ganas, sin fuerza, sin ajayu. La mayoría de ellos están ahí porque les pagas, les obligas o los chantajeas. Ya no eres el tipo por el cual había miles de gentes dispuestas a todo, hasta morir por ti.

Este tu declive y caída no es de ahora, de estas elecciones, viene desde hace años. Te subiste a la ola de los precios de las materias primas y te creíste el Rey. Bajaron las materias primas y te salió el diablo. No quieres aceptar que eres un mortal. El poder te perdió y te envolvió en tu manto de ignorancia que nunca nos abandona, a no ser que decidas ser sabio, como lo fue Mandela. Claro, pudiste ser el Mandela del sur, pero gracias a tus camaradas del socialismo del Siglo XXI, solo llegaste a graduarte como “el indio del sur”.

Como la vida jamás nos abandona, pues siempre nos ofrece oportunidades de redención, este 20 de octubre te la dio. Con solo decir “esperemos los resultados y si hay segunda vuelta, vamos” este país no tendría tus dos muertos y no estaríamos al borde de la guerra civil o de, como amenaza tu capitán frustrado, a punto de construir un Vietnam. La oportunidad la dejaste pasar y crees que estas en el 2006-2009. Esa vez estabas de subida, hoy estas de bajada y las lealtades que te expresan duraran lo que dure otro soplido de poder. Mira como es la vida, Dios te ofrece otra oportunidad. Estas a tiempo de salir por donde entraste victorioso y, para ello, tienes dos caminos en tus manos y en tu lengua. Basta que, unilateralmente digas, vamos a segunda vuelta o, sino, anulemos las elecciones y volvamos a votar todo. De ir al rincón de la ignominia, subirías al portal de los respetables.