Opinion

EL PROBLEMA NO ES EVO
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Grover Cardozo
Miércoles, 25 Enero, 2017 - 19:17

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Si el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia llevaría por nombre Juan Gutierrez y sería de tez blanca, pero en estos once años hubiese hecho  lo que hizo hasta hoy  Evo, igualito los sectores adversos al gobierno lo estarían criticando.

 Si  el  Presidente Evo  vestiría  ternos caros  y usaría  perfumes franceses, pero promovería la nacionalización de los hidrocarburos, igualito  los sectores adversos al gobierno le estarían serruchando el piso.

 Si el presidente Evo  tendría modales más aristócratas, pero como hoy promovería la igualdad de oportunidades y la justicia social,  del mismo modo   los  conservadores lo estarían atacando  desde todos los ángulos.

Entonces el problema no es Evo como tal. El problema no es el  indígena que  no  habla  en castellano perfecto. El problema no es el político que  a veces se torna locuaz y se le va una que otra palabra cuando habla de las mujeres. El problema es lo que este indígena y rebelde líder político hace  minuto a minuto con el poder que le dio el pueblo.

Dicho esto   el problema no es la ropa ni los modales del Presidente, sino lo que el Presidente hace con el poder que le delegaron en varias elecciones  dos tercios de bolivianos. En definitiva  el problema no es el Evo  como sujeto de la historia, sino lo que este sujeto histórico encarna  y viabiliza en representación del más amplio movimiento social que conoció Bolivia.

Una vez más. El problema no es Evo, sino el modelo político, social y económico que él  promueve desde el 22 de enero de 2006. Una mezcla  audaz e inteligente de comunitarismo social con desarrollismo nacionalista, combinación que  da a este proceso una dimensión de largo plazo.

El problema no es  Evo sino el modelo político. En consecuencia  quienes desde los partidos y los medios  pretenden dar cátedra de política y economía atacando a Evo, pierden el tiempo. Con un gramo más de  honestidad deberían  hablar del modelo. Dedicarse a  destriparlo y  descomponerlo en sus partes y  demostrar -si  pueden-  que  fue un error haber nacionalizado los hidrocarburos,  que fue un error convertir en política de Estado la defensa de los intereses nacionales,  que  fue una metida de pata   frenar la injerencia norteamericana y relacionarse  en igualdad de condiciones  con todos los estados del mundo.

Si existe  capacidad para demostrar que el modelo boliviano es malo y no resuelve los problemas del país, pues   que lo digan. Cuando menos este ciudadano sigue esperando que algún opositor haga algo interesante  al respecto. En definitiva el problema no es  el sujeto, sino el verbo, como todo lo que trasciende  en la historia