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Un ciudadano brasileño de 28 años aseveró que fue llevado a La Paz para trabajar, pero se enfrentó a una difícil situación, donde cayó en manos de presuntos traficantes de órganos y tuvo que escapar, según Portal Guajará.
Carlos Avelar Farias salió de la ciudad de Brejinho, en el noroeste brasileño, el 10 de agosto rumbo a La Paz. Lo acompañaron cinco de sus coterráneos.
Un individuo, llamado Ramón, convenció al grupo para que acepte viajar a Bolivia supuestamente para prestar servicios. Incluso pagó la ropa y los pasajes de los brasileños.
Según el relato, llegando a La Paz, Carlos fue llevado a un precario hotel donde fue amarrado de pies y manos, mientras que sus cinco compañeros siguieron un rumbo desconocido junto a un socio de Ramón, a quien llamaban Peruano.
Ramón tomó los documentos de los brasileños.
Carlos afirmó que logró zafarse de las cuerdas. Buscó a autoridades locales, que pasaron el caso al Consulado de Brasil.
Se presume que Carlos cayó a manos de traficantes de órganos, puesto que él y sus compañeros fueron sometidos a diferentes exámenes. Ahora, no se conoce el paradero de los brasileños que viajaron con él.
Carlos Avelar llegó a Guajará-Mirim, ciudad en la frontera con Bolivia, donde está pidiendo ayuda a la población para regresar a su localidad natal, aunque no descartó quedarse si le ofrecen empleo.
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