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Un joven médico profesional de especialidad terapista murió aparetemente víctima de un crimen, puesto que su cadáver fue encontrado con marcas en el cuello la semana pasada. Su esposa, en llanto, pide a las autoridades que hagan justicia y se esclarezca el caso.
La esposa refirió que no se han encontrado el celular ni la billetera del fallecido, además no tenía sucia la ropa. Sólo tenía las marcas en el cuello, por lo que presume que fue victimado.
La mujer, desconsolada y aún angustiada, relató que la última vez que supo de su esposo, éste le había enviado un mensaje y una foto desde el Bar Tauro situado a pocos metros de la Plaza Murillo.
En el mensaje, el médico le dijo que se encontraba “bien” y que pronto retornaría al hogar,
Según relató la viuda, el médico se encontraba compartiendo con sus compañeros de promoción del Colegio Ayacucho. Quería compartir su felicidad porque se había enterado que su esposa estaba embarazada.
Rolando C.Q. de 38 años era licenciado en Terapia Intensiva y trabajaba en el plantel médico del Hospital Metodista.
Tras denunciarlo como desaparecido, la mujer pudo confirmar que el cuerpo de su esposo se encontraba en una morgue
En medio del llanto, la esposa pidió a las autoridades que se esclarezcan las causas de la repentina muerte de su esposo, pues afirma que no era una mala persona y tenían muchos proyectos de vida en común.
“Amaba su carrera”, dijo.
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