CASO MISILES CHINOS
Seguridad
La Sala Penal Segunda del Tribunal Supremo de Justicia declaró hoy –en el inicio de la audiencia de medidas cautelares por el caso misiles chinos– en rebeldía al almirante Marco Antonio Justiniano Escalante, excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia.
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La justicia boliviana logró notificar a nueve personas acusadas de participar en la desactivación de los misiles chinos en 2005. La cita es a las 09.30 de hoy en el Tribunal Supremo de Justicia en Sucre.
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El Comando General del Ejército presentó una querella formal ante la Fiscalía General del Estado en contra de los imputados por el caso misiles chinos, entre ellos el actual senador de oposición Marcelo Antezana.
Política
El legislador sostuvo que las negociaciones para la demolición de los misiles se realizaron de gobierno a gobierno, siendo el 26 de septiembre de 2005 cuando tomaron la determinación el entonces Ministro de Defensa, el Embajador de Bolivia en EEUU y el Presidente del Estado.
AUDIO: Escuche aquí la entrevista al almirante Marco Antonio Justiniano
By elca.E605145d on Lun, 19/08/2013 - 20:50Seguridad
El excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas, almirante Marco Antonio Justiniano, admitió hoy que en 2005 autorizó la desactivación de los misiles chinos, porque el general Marcelo Antezana –actual senador de oposición– le había entregado un informe técnico que aseguraba que ese material presentó fallas en dos pruebas e incluso puso en riesgo la vida de personal militar.
Política
El vicepresidente Álvaro García Linera sostuvo hoy que el excomandante del Ejército, General Marcelo Antezana, fue quien gestionó todo el proceso de desactivación y destrucción de los misiles chinos en octubre de 2005 bajo el argumento de que se encontraban obsoletos.
MISILES, NUEVO CUENTO CHINO
By Draven3166 on Vie, 16/08/2013 - 09:40Fátima López Burgos
Esta simpática historia, se empieza a escribir el 2004, cuando Estados Unidos toma la decisión de retirar de los países los misiles chinos HN - 5, debido a que temían que grupos terroristas, como ETA de España, pudieran hacer mal uso de ellos.
Se trata de misiles portátiles antiaéreos HN - 5, desarrollados a partir del Strela ruso y codificado por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como SA – 7. Es posible disparar desde el hombro y el misil se autoguía hacia el blanco que eligió la defensa aérea.
Estas armas de alto impacto, cada 6 de agosto, recorrían las calles, durante los desfiles en manos de los militares bolivianos para confirmar el poderío militar y luego volver “sin novedad” a los depósitos del Estado Mayor.
El cuento no termina ahí. Ingresa en escena el entonces Comandante General del Ejército, Marcelo Antezana, quien, según sus propias declaraciones, “ recibe asesoramiento y toma la decisión de desactivar los misiles”, a partir de un acuerdo firmado entre los Gobiernos de Bolivia y Estados Unidos, que apareció recién.
Antezana fue el gestor de la creación de un grupo especial del ejército bajo el nombre de “Fuerza 10”, que funcionaba con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia y que alguna vez fue integrado por el célebre Diodato, aunque con otro nombre.
La Embajada a través de sus expertos revisan y testean 42 misiles y los desactivan, para posteriormente el 3 de octubre de 2005 ser sacados del Estado Mayor, en 42 cajas, custodiados por militares de élite de la “Fuerza 10”, hasta el aeropuerto de El Alto, en camiones comandados por el coronel Ciro Valdivia.
Lo que nadie sabe es a qué bolsillos fueron a parar los 400.000 dólares que la Embajada comprometió cancelar por esa desactivación, además del obsequio adicional de 18 camiones marca Ford que la Embajada entregó al ejército boliviano, a pesar de su clasificación de “No confiable”.
Los misiles HN-5, antes de su salida de Bolivia, estaban activos y en funcionamiento, por tanto, la información de obsoletos y en desuso, es parte del cuento.
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Política
El presidente Evo Morales sostuvo hoy que algunos excomandantes de las Fuerzas Armadas cometieron doble traición a la patria en el caso misiles chinos y exculpó del asunto al presidente de entonces, Eduardo Rodríguez, ahora embajador plenipotenciario ante la Haya.