Opinion

LA CALLE, EL BASURAL DE MI CIUDAD
A vuela pluma
José Ros
Viernes, 26 Abril, 2013 - 11:40

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Jueves, 25 de abril. Hora, las 20:30. Lugar, Avenida Las Américas casi esquina Andres Manso…  Una vagoneta elegante, nueva, reluciente, con el brillo que le proporciona un hombre que, manguera en mano, está lavando el auto para “el señor”… Sobre la avenida se va formando un charco con el agua sucia que resbala del auto, mientras el limpiador acaba de sacarle brillo. Luego, el auto elegante es guardado en una elegante mansión, mientras en su lugar queda un charco sucio que tendrá que desaparecer por evaporación y también  -¡cómo no!-  salpicando a los transeúntes, que pasean por la avenida, cada vez que otro auto, micro o taxi pase raudamente por la avenida…
Es la calle. Es territorio de nadie... Lugar donde cada uno puede actuar a su antojo. Más allá, en la misma avenida, ante una larga pared, se detiene un taxi, baja el conductor y, sin mucho pudor, a pesar de ser una avenida muy transitada, utiliza la pared y la acera como mingitorio…
¡Cómo no!, es la calle, es territorio de nadie…

Y mientras ese hombre realiza una necesidad para él tal vez primaria, pasa un micro del cual asoma una mano por una ventanilla que deja caer a la calle unas peladuras de mandarina… Luego encontraremos a otras personas que sacan sus perritos a pasear para, también en la calle, dejen el recuerdo de su paso grácil y andarín, es decir: para que también ahí hagan sus necesidades. Es que la calle es territorio de nadie.

Y así, en un territorio de nadie, viven cientos de miles de personas que tienen que aguantar impertinencias, bocinazos a mansalva, prepotencia de los adinerados señores que se detienen ante las puertas de los colegios particulares para recoger a sus hijos, sin importarles si están obstaculizando el paso a otros vehículos o  -lo que resulta más grave-  a otros peatones.

Porque la calle, tierra de nadie, es una amenaza para el peatón. Los pasos cebra quedaron como un recuerdo tal vez para el zoológico. Algunos conductores incluso deben de pensar que esas franjas blancas pintadas/despintadas en el suelo son para colocar las ruedas de sus vehículos encima de ellas y demostrar su capacidad de buena puntería… ¿El peatón? Que muestre su ingenio y su habilidad para sortear obstáculos…

Y así, sin respeto ni cariño hacia las calles de Santa Cruz, se  pretende construir la urbe más moderna de Bolivia, modelo de avanzada y progreso… ¿No sería hora de que ciudadanos y autoridades nos preocupáramos por hacer una ciudad más habitable y humana?