Opinion

MUNDOS DENTRO DE OTROS MUNDOS
Testigo Virtual
Rodrigo Ayala Bluske
Martes, 16 Abril, 2013 - 16:49

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“El Piso 13” es una película de ciencia ficción dirigida por Josef Rusnak, estrenada en 1.999, apenas unos meses después de “TheMatrix” de los hermanos Wachowski.  La película plantea la creación de un mundo virtual, donde viven y se desarrollan seres creados con inteligencia artificial; en los minutos finales el protagonista  descubre que nuestro mundo también es otro más de miles, creados por seres del futuro para su recreación. A pesar de la novedad, la película tiene un estilo lento y parsimonioso, distinto al de “The Matrix”, que a partir de su estreno se convirtió en un importante referente cultural, bajo una idea similar: vivimos en un mundo virtual creado por maquinas, con el propósito de extraer energía de nuestros cuerpos.

Un año antes, en 1.998, el australiano Peter Weir estrenó  “The Truman Show”. Este  filme planteaba la creación de otro mundo particular: el de un “reality show” en el que un protagonista es criado desde bebé en una ciudad artificial poblada por actores y extras, a tiempo que es filmado y observado por las teleaudiencias del mundo.

“TheMatrix” y “El Piso 13” se estrenaron en el momento en que las herramientas de lo virtual entraban en su fase más importante de desarrollo (Google se había creado un año antes). Por su parte “The Truman Show” se hacía eco del auge de programas como “Gran Hermano” que después tuvieron innumerables descendientes. Ese tipo de “Reality Shows” fue pionero en hermanar la televisión con el internet; lo que se pasaba en la pantalla chica eran resúmenes simplificados, pero la “vida” de los participantes se transmitía en directo mediante la Web. Un antecedente de una tendencia que no ha hecho más que intensificarse y que hoy encuentra su espacio de desarrollo en “YouTube”.

En estos años  también se ha popularizado la teoría del “Multiverso” y sobre esa noción se han desarrollado numerosos productos que proclaman nuestra insignificancia, llegando hasta la caricatura (en la primera parte de “Hombres de Negro”,nuestro universo es parte de la canica de un extraterrestre, en la segunda, nos encontramos en un gigantesco casillero espacial).

Vivimos en la época de los mundos pequeños y fragmentados: los “reality shows”, vienen a ser una suerte de caricaturas de la vida forzadas hasta el extremo; la riqueza de matices con la que se describe los temas fundamentales de la existencia en las artes tradicionales, allí no existe; son una especie de “fastfoods” de actitudes y sentimientos; alegrías, peleas, enojos, reconciliaciones al instante. Los “realitys” logran en una hora, lo que a las telenovelas tradicionales les toma diez o quince capítulos.

Donde se encuentra el espacio natural para el desarrollo de los “mundos” es en Internet: redes sociales, grupos, eventos, juegos en línea, etc., etc., no existe fin.  Desde siempre los  seres humanos se han agrupado de acuerdo a intereses y afinidades, pero lo que hace el mundo virtual es intensificar esa tendencia; por otra parte tiene la capacidad para “aislar” a sus usuarios de la “realidad grande”, la de afuera, más que cualquier otro instrumento en el pasado, para “alienarlos” mentalmente, para separarlos de la realidad efectiva en la que viven. De ese punto es de donde han sacado sus argumentos películas como “Piso 13” o “Matrix”.

Pero hay una diferencia fundamental entre los mundos digitales y los analógicos. Los primeros tienen la capacidad de desarrollarse ilimitadamente, por eso es que los instrumentos que nos brindan también tienen la capacidad de promover el crecimiento de las ideas: archivos digitales, grupos de debate, etc., etc. El internet está logrando una verdadera democratización de la información y pareciera que tiene la capacidad de ir venciendo los límites de la censura. Por otra parte,  esa televisión estrecha y monopólica donde se cobija a los “reality shows”, parece estar destinada a ser  rebasada por canales abiertos, como los creados en YouTube, donde al parecer los seres humanos podrán expresarse y comunicarse con otros, con pocas limitaciones.

En el mundo virtual se libran actualmente las luchas de siempre; oscurantismo frente a creatividad cultural, censura frente a libertad de expresión, etc., pero con la diferencia de que los espacios parecen ilimitados y por tanto las posibilidades mayores.

En vez de convertirse en un instrumento de  alienación, los nuevos mundos posibles gracias a la revolución tecnológica, tienen la capacidad de convertirse en instrumentos que nos ayuden a cambiar el real, en el que en definitiva confluyen  todos los intentos de llevar adelante realidades alternas, dando sentido a ese todo, que pesar de todo sigue siendo único, aunque al parecer minúsculo e insignificante, según nos demuestra cada nuevo descubrimiento de la ciencia.