Opinion

“DESCLASADOS”
Surazo
Juan José Toro Montoya
Jueves, 8 Agosto, 2013 - 16:36

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Si los datos oficiales del Censo Nacional de Población y Vivienda 2012 son ciertos, entonces el presidente Evo Morales insultó a la mayoría de la población boliviana.

Según esos datos, el 69 por ciento de los bolivianos dijeron no pertenecer a ninguno de los 33 pueblos indígenas incluidos en la pregunta 29 de la boleta censal.

El jefe de Estado reaccionó sorprendido ante esos datos. “A mí también me ha sorprendido porque los datos anteriores eran muy diferentes. No sé si estamos en etapa de desclasamiento, estamos en etapa tal vez de tener mayor mentalidad colonizadora, es debatible”, dijo.

Y sí, el tema, como todos los vinculados al censo, es debatible.

Para empezar, los resultados del censo disponibles en el website del Instituto Nacional de Estadística no incluyen el 69 por ciento al que hicieron referencia los medios cuando se informó sobre la pertenencia a naciones o pueblos indígenas. Lo que se puede encontrar, en el cuadro No. 13 de los resultados, es la “población de 15 ó más años por sexo, según pertenencia a naciones o pueblos indígenas originario campesino o afroboliviano”. En ese cuadro se lee que 6.916.732 mayores de 15 años respondieron a la pregunta y sólo 2.806.592 dijeron pertenecer a alguna nación, pueblo indígena originario campesino o afroboliviano. Los 4.032.014 que dijeron no pertenecer a ninguno representan el 58,29 por ciento así que siguen siendo mayoría.

Esa mayoría es la que, según el presidente, se habría “desclasado” o estaría sometida a una “mayor mentalidad colonizadora”. ¿Son o no son insultos? Como el mismo gobernante dijo, el asunto es debatible pero, para hacerlo, habría que saber qué quiso decir cuando dijo lo que dijo. Lo de la colonización, por ejemplo, da para bastante debate ya que, según escribimos en esta misma columna, esa palabra no viene del apellido Colón sino de “colonizar” que significa “establecer colonia, fijar en un terreno la morada de quienes lo cultivarán”.

Lo de “desclasamiento” es todavía más polémico. El diccionario dice que “desclasar” es “hacer que alguien deje de pertenecer a la clase social, generalmente alta, de la que proviene, o que pierda conciencia de ella”. En el contexto empleado por el presidente, un desclasado sería alguien que ha perdido su conciencia de clase y, por tanto, negó ser parte de alguna nación o pueblo indígenas originario campesino o afroboliviano aún a sabiendas de que lo era. Pero, como dijo el jefe de Estado, eso es debatible.

Antes de calificar de “desclasado” a alguno de los consultados por los encuestadores, el presidente tendría que recordar que hubo una gran resistencia a incluir la opción “mestizo” en la pregunta 29. La negativa sólo sirvió para que mucha gente se identificara como mestizo y, ante la inexistencia de la opción, decidiera responder que “no pertenece”.
Pero ese no es el único elemento a considerar en un debate. Habrá que recordar, también, que la inclusión de 36 pueblos, naciones o pueblos indígenas originario campesinos en el artículo 5 de la Constitución Política del Estado (CPE) se hizo sin sustento académico, basándose simplemente en un estudio realizado en 1990 por Wigberto Rivero, ex ministro de Asuntos Indígenas y Pueblo Originarios del último gobierno de Banzer. Como el estudio de Rivero, la CPE ignora a naciones que se autoidentifican como tales y son tan importantes como Pakajaqis, Karangas, Suras, Killakas, Chichas, Charkas, Qhara qharas, Chuis, Larekajas, Kallawayas, Qullas, Urus, Lupi jaqis y Yamparas.

Si algún boliviano se siente parte de alguna de esas naciones y no se encontró en la boleta censal, ¿qué debía responder?: no pertenece. ¿Sólo pero eso merece ser llamado “desclasado”?