Opinion

ELECCIONES SIN EVO
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Martes, 18 Junio, 2013 - 18:44

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La discusión en torno a la candidatura de Evo Morales a la reelección presidencial en Bolivia sube de tono y cobertura no sólo en el país sino en esferas internacionales, así hay sectores que alientan esta propuesta y otros que la combaten; por detrás hay mucho que perder y ganar porque se trata de intereses no sólo económicos ni políticos, sino de poder.

Veamos la posibilidad de que el actual mandatario no es candidato a la reelección en los comicios del próximo año. La realidad muestra dos horizontes: la oposición y el oficialismo en una lucha encarnizada por llegar a la silla presidencia, los curules en la Asamblea Legislativa Plurinacional (parlamento), ministerios y el control de las empresas productivas del país.

Si Evo no es candidato, entonces el MAS-IPSP se bifurca porque sencillamente no hay un líder visible que pueda ser capaz de mantener la unidad en torno a la política de “cambio” que, como todo hecho humano, se desgasta, se debilita o puede mostrar una fuerza que no tendría mucha duración en el tiempo ni en la sostenibilidad; está claro que existen muchas escisiones al interior de la agrupación gobernante.

Está visto que entre los líderes que se afianzan en las organizaciones sociales hay angurria de poder disimulada. Sin el “hermano” Evo no pocos saldrían a la palestra como los genuinos militantes y sustentadores de los cimientos del Instrumento Político, entonces se produciría la hecatombe, adicionado a que quiénes hoy son sus líderes, con algunas excepciones, tienen pasado político en los partidos tradicionales, de cuyas fuentes saltaron hacia la concepción de que siempre hay que ser gobiernistas y los marginaron a los originarios masistas que ya no están en la cabina del carro.

Volverían a tener vigencia aquellos que se alejaron, voluntaria o involuntariamente, del Instrumento, pedirían mayor dominio los “librepensantes” o los “libreopositores”, no hay que olvidar que los hombres y mujeres, ayer fuertes en el MAS-IPSP, no pierden sus esperanzas de volver al redil si se retomara los verdaderos principios de la agrupación. Difícil concebir al Movimiento al Socialismo sin el liderazgo presidencial de Evo, se acepte o no, mantiene el epicentro de mando para contener estas pugnas.

En la oposición los hechos demuestran que los tiempos no son los mejores; primero porque no hay un partido político visible, tradicional o no, que tenga poder de convocatoria y despierte el interés del pueblo que  motive a consolidarlo; segundo, porque no hay un líder que por lo menos cautive con oratoria fingida y demagógica la atención de los votantes.

La posibilidad de conformar un solo frente para las próximas elecciones, sin Evo o con él, en el lado de la oposición está ni siquiera color verde, pues en el momento de decidir quién va a la presidencia y a los otros cargo considerados importantes en el esquema del Estado Plurinacional, se derrumbaría como una construcción hecha de naipes; ya que todos los que merodean en esta cancha se sienten presidenciables, amén del dinero que podrían aportar para asegurarse réditos si llegaran otra vez a Palacio.

¿Cuál sería la realidad, mientras tanto, en el pueblo? ¿Aparecería en este escenario, la harina para el pan nuestro de cada día que ya es escasa? ¿La economía sería la que es en la actualidad, moderadamente tranquila? ¿Se mantendría el principio de la no discriminación? ¿Bajarían los sueldos de 40 mil ó 50 mil bolivianos en algunos sectores o los nuevos gobernantes se igualarían o superarían estas cifras? ¿Qué ocurría en los gobiernos departamentales y municipales?

Lo cierto es que Evo no es imprescindible, no hay poder que dure ni se mantenga por tiempo indefinido, la historia de la humanidad así lo demuestra, porque cayeron fuerzas mucha más universales en su proceso y fueron juzgados, encumbrados o eliminados por la misma humanidad; pero: todo tiene su tiempo… pasará.
Bolivia pasa por un buen momento económico porque es un Estado bendecido con ingentes recursos naturales, la situación económica por la que atraviesa es favorable, no es un Edén porque aquello es una utopía; pero todavía nadie se ha muerto de hambre y la visión de país construido entre todos puede consolidar para que aquello nunca ocurra y todos tengan acceso a salud, educación, vivienda y seguridad. ¿Es cuestión de candidato?