La unidad deseada y la unidad posible

*Por Jimena Costa Benavides

Hace varios años que la ciudadanía exige “unidad” a los partidos políticos para enfrentar al MAS. Después del inédito movimiento ciudadano que orilló al caudillo autoritario a renunciar -por miedo al pueblo- la exigencia de “unidad” es cada vez mayor. Quiero aprovechar este espacio para contarles lo que es la construcción de la “unidad” dentro de la política, lo que por supuesto dista mucho de los deseos y buenas intenciones de l@s ciudadan@s.

1.    Las Alianzas no se realizan en base a coincidencias programáticas y/o ideológicas
La prueba de ello es que los programas se preparan después de establecidas las alianzas y solamente porque la norma obliga. Por ejemplo: recuerden que el Programa de Gobierno de PPB-CN (Convergencia Nacional) para el 2009 era la impresión de una presentación de Power Point; recuerden los plagios como el de FPV y Chi; y no olviden que en otros casos el programa lo hace un equipo de consultores -o uno-, nada tienen que ver el partido, la reflexión o la ideología. Por otra parte, todo el mundo exige programas que solo leen un pequeñísimo grupo de interesados, analistas, periodistas … 9 de cada 10 los electores no leen ningún programa antes de votar y se dejan llevar por la propaganda.

2.    El centro de la disputa para aliarse es la ubicación en la lista de candidatos
La principal preocupación de quienes construyen la “unidad” es poner sus mejoresllunckhus en franja de seguridad, es decir, asegurar que dentro del porcentaje de votos esperado ingresen quienes les sirven mejor ¿Programa? ¿Ideología? ¡Que ingenuidad! Después de la votación y con la transformación de votos en escaños, los que llegan deben asegurar “pegas” para los “cuadros” de mayor confianza que “trabajaron en la campaña”. No tiene importancia si están capacitados o no para el ejercicio del cargo.

3.    La necesidad del show mediático para construir la “unidad”
Se reúnen cinco o seis para lograr la “unidad” y anuncian públicamente que se han unido dos o tres para luego, cada tantos días, anunciar que los otros miembros se “unieron”, así dar la sensación de que van creciendo y se suman fuerzas.Por ejemplo: Rafael Quispe que ya tiene un cargo en el Gobierno de Añez se “alía” con Añez candidata. Es show mediático en la pública ydistribución de cuotas y lugares en la lista en la privada. Nadie se “une” por amor a la patria sino para asegurar espacios para los llunckhus que cuidan los intereses del partido, no de los ciudadanos que votan por ellos.

4.    Muchas cabezas, ningún liderazgo
Cuando se construye la “unidad” se reúnen hombres mayores de 45 a 50 años -aunque la mayoría de los electores son mujeres y jóvenes-, y pactan, reparten cuotas y hacen listas. Luego se definen responsabilidades de la campaña y tal vez hasta del control electoral. Nadie se ocupa de la organización de la bancada pasada la elección y si hay 6 miembros en la alianza hay 6 cabezas o sea ninguna. Los aliados se vuelven competidores. Por ejemplo: Unidad Demócrata el 2014: El Movimiento Demócrata Social -que viene de la alianza entre los Verdes de Rubén Costas, Consenso Popular de Oscar Ortiz, Primero el Beni de Ernesto Suarez y MOP de Potosí- se alían con Unidad Nacional -de Samuel Doria Medina que desde el Frente Amplio estaba aliado con el MNR de Erick Morón, Columna de Integración de Leopoldo Fernández y el PAN de Willman Cardozo- y la alianza terminó el día de la votación. Hubo al menos cuatro cabezas: los que responden a Costas o a Ortiz, más los que responden a UN o al MNR. El resultado ustedes ya lo conocen.

Lamentablemente pueden hacer más propaganda quienes tienen mas recursos no quienes tienen mejores candidatos o mejores propuestas. Pueden ser mafias o narcotraficantes, pero también iglesias o grupos empresariales. La opción de ganar una elección parece reducirse a quien llega a mas electores con su propaganda y no a quien tiene mejores soluciones para los problemas del país. La “unidad” se ha vuelto sólo estrategia mediática.