Opinion

EL CIRCO SALIO A LAS CALLES
Justo y Cabal
Victor Hugo Maidana Alcoba
Jueves, 11 Junio, 2015 - 12:48

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Las calles de las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz  principalmente, muestran espectáculos circenses en sus diferentes esquinas de las calles centrales.

Los malabaristas, equilibristas, contorsionistas, músicos, declamadores, danzarines, volcanes humanos, magos, titiriteros y tonis, cada día copan la mayor cantidad de boca calles, para hacer un espectáculo, corto, simpático con el tiempo de  los semáforos a cambio de unas monedas.

En su mayoría son jóvenes extranjeros llamados mochileros que están de paso por las ciudades y  trabajan en este singular oficio del espectáculo callejero, para ganar algún dinero que les permita seguir  su camino.

Pero, ahora  no solamente son extranjeros quienes se dedican a esta actividad, ya se pueden ver también a  nacionales, niños y niñas con disfraces, haciendo piruetas acercándose a las ventanillas de los autos para pedir unas monedas para subsistir.

Por lo general estos compatriotas aprendieron el oficio del circo observando lo que hacen en las calles los jóvenes trotamundos y acomodaron a sus demostraciones algunas novedades a su modo.

Aquí no hay edades, por igual niños y ancianos, varones y mujeres aparecen como hongos en las calles.

En algunas esquinas hay hasta dos y tres grupos haciendo lo mismo, pero eso no es todo a pocas cuadras están otros.

Desde luego que no hay control, la falta de empleos, la informalidad, la indigencia y la necesidad de conseguir un mendrugo de pan para pasar el día, parecen ser los fríos indicadores de una cruda realidad, donde la publicitada bonanza financiera contradice  con la situación que vivie mucha gente.

Sería fácil y de repente decir que esta gente se retire porque perjudica el tráfico vehicular, expone su vida  o han hecho que todas las calles tengan cobro de peaje voluntario a cada paso, pero esa no es la respuesta a una gran pregunta.

Si bien no se puede dar contestaciones claras y contundentes a un problema que gusta a unos y disgusta a otros, algo habrá que hacer por estos seres humanos por medio de políticas departamentales y municipales que aborden el tema con  distintas alternativas.

Desde luego eso no quiere decir que los niveles nacionales cierren los ojos o se los tapen con una venda para no ver lo que sucede en el diario vivir.

Los políticos son campeones para prometer cosas sobre todo en campañas, en sus discursos, lo que significa  que la hora de poner en práctica lo que dicen es cuando llegan al poder, lo cual pocas veces sucede.

No cabe la menor duda que la visión macro de los problemas y su resolución de repente tenga éxito, pero en lo micro y el cotidiano vivir  se  ve poco en el horizonte.

Las esquinas de las calles son los escenarios de una realidad que da mucho para hablar y analizar, son los lugares donde se dan variados espectáculos que muestran una sonrisa que ocultan crudas realidades bajo las luces de variados maquillajes de pintura en la cara y bajo las luces de un semáforo que cambia de colores. Un espectáculo que se dan todos los días mostrando alegrías y penas, bajo las estrellas, sin techo ni carpa el circo salió  a las calles.

GRACIAS Y HASTA UNA PROXIMA OPORTUNIDAD CUANDO VUELVA A HABLAR JUSTO Y CABAL.