Hacia un nuevo ciclo de la política exterior boliviana

Por Karen Longaric R*

Se ha cerrado un ciclo nada fructífero para la política exterior boliviana, marcado por una serie de acontecimientos que han debilitadotemas centrales de laagenda, entre ellos: el tema marítimo, las relaciones con Estados Unidos, las relaciones con los países vecinos y las relaciones en el marco de los esquemas de integración, incluyendo a la Unión Europea.

Es probable que la coyuntural bonanza económica que benefició al país durante estos últimos doce años haya sido la causa del envanecimiento del gobierno del MASfrente a la comunidad internacional; esto lo llevó a cometer errores y extravíos en el manejo de la política exterior. Hoy debido a factores nacionales e internacionales la economíaboliviana tiende a aflojar y nos pone en perspectivas nada fáciles, que obligan a rediseñar las políticas de Estado, entre ellas las relaciones internacionales.

Estamos obligados a perfilar una política exterior que de réditos mediatos al país, por ejemplo buscar mejores derroteros para nuestro comercio internacional, reactivando los mercadosinternacionales especialmente para las exportaciones de productos con valor agregado,que otrora inviabilizóel gobierno. 

Es importante una aproximación desideologizada y sostenida con Estados Unidos a fin de recuperar el mercado norteamericano bajo parámetros que tomen en cuenta el menor desarrollo relativo de Bolivia y atraer inversión directa para el sector productivo.

Debemos recuperar la simpatía y empatía con los países vecinos con vistas a mejorar nuestro comercio exterior, concretar nuestra participación en las rutas bioceánicas e insertarnos en los procesos de integración sin discursos políticos excluyentes y pontificadores. Perú, Ecuador y Colombia son mercados importantes para nuestras exportaciones no tradicionales y debemos persistir en sostener a la CAN. También  corresponde activar el Acuerdo de Complementación Económica suscrito con el Mercosur- ACE 36, instrumento que puede mejorar nuestra incursiónen los mercados de Brasil y Argentina, desde ya altamente proteccionistas. 

Los mercados de la Unión Europea y en general la relación con ese bloque es relevante para Bolivia y por ello debemos insistir en concretar la firma del Acuerdo de Asociación que años atrás hubimos desdeñado, el cual prometía favorables resultados económicos y comerciales, además de otras ventajas para el país.

El tema marítimo con Chile merece profunda reflexión. Habrá que reconocer que la estrategia elegida en 2013 y situada en sede judicial no fue la mejor decisión política y menos diplomática. Hay que retomar el tema y fortalecer la relación bilateral en las diversas áreas que nos vinculan como países fronterizos, para posteriormente buscar una negociación sobre el tema marítimo, inteligente, respetuosa y sustentada en la buena fe, principio internacional que cimenta las relaciones inter estatales.

Para finalizar traigo nuevamente a colación el postulado del diplomático boliviano Walter Montengro, que a la sazón decía: “Los países subdesarrollados, débiles, no tienen ningún otro instrumento de acción, ni arma tan eficaz para la promoción de sus intereses y para la defensa de sus derechos, como una inteligente política de relaciones exteriores, manejada por un servicio exterior de óptima preparación y eficiencia profesional”.

*Karen Longaric R . es profesora de derecho internacional en la UMSA