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Aunque sin la plataforma mediática deseable en estos casos, después de intensos debates los días jueves 7 y viernes 8 de marzo, nació por fin el PARTIDO DE LOS TRABAJADORES (PT), uno de cuyos retos urgentes (y no por ello se lo puede tildar de iniciativa electoralistas, como algunos voceros oficialistas ya han dicho) es participar en las elecciones generales de octubre de 2014 con candidatos de base de las diferentes organizaciones sociales con consciencia de clase del país.
La participación de algo más de 1.300 acreditados permitió la probación de dos documentos base: la Declaratoria de Principios y el Estatuto Orgánico. Además se logró conformar una Comisión Política, representado por trabajadores de base, que se encargará de realizar las actividades de PT y realizar todos los procedimientos técnicos y legales para elaborar la documentación de acuerdo a normas legales que exige el Órgano Electoral Plurinacional. Esta Comisión Política es la que consolidara a la Directiva que representará al PT a nivel Nacional mediante las instancias que determinen las organizaciones.
El fin (como mencionan algunas fracciones de partidos tradicionales y radicales que tuvieron su oportunidad y decepcionaron a sus bases) no es llegar a ocupar un curul o algo similar para beneficio propio y luego ser los “llunk’us” del oficialismo, como ocurrió en el pasado con la brigada minera en el Parlamento -los tiempos han cambiado-, sino el de hacer representación legítimas de las demandas de sus bases. Muchos sectores no están representados en las asambleas que son el punto clave para ser oídos (atendidos por el Estado), porque el reclamo en las calles no es escuchado; por el contrario es rechazado debido a las políticas de gobierno: capitalización, riesgo compartido, atracción de capitales... A lo que se suma el latrocinio, la fortuna mal habida de una oligarquía en el poder político adscrita a la “globalización”, el neoliberalismo en descarada subasta del país, incluida soberanía e independencia; haciendo patente la premisa capitalista que “pocos tengan mucho y muchos no tengan nada”.
El PT permitirá consolidar y continuar con el proceso de cambio emprendido por las organizaciones sociales, porque este proceso no es propiedad de ningún movimiento ni ningún partido político (lo dijo el presidente Evo Morales), sino del pueblo boliviano que todavía sufre las consecuencias de la pobreza, a pesar de lo todo hecho por el gobierno de turno.
Estos años demuestran que el proceso de cambio del pueblo boliviano requiere del aporte desinteresado de representantes de base que puedan exponer las verdaderas y urgentes necesidades de los más desfavorecidos, de los más pobres. Por esta razón es necesario consolidar el PT, como una garantía de que es posible soñar con mejores días para los trabajadores del país, que son los que generan excedentes económicos y claman a gritos: EQUIDAD y JUSTICIA para VIVIR BIEN. Todos los trabajadores comprometidos con Bolivia formamos parte de este nuevo proyecto político.
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El autor es profesor, Secretario de Organización de la COD de Cochabamba.
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