Opinion

NO EXISTE UNA ESTRATEGIA "POST HAYA"
Cara o Cruz
Raúl Peñaranda U.
Miércoles, 11 Febrero, 2015 - 19:18

Valorar: 
Average: 1 (1 vote)

Bolivia está realizando una extraordinaria campaña internacional de información con respecto a la demanda marítima que el país ha interpuesto contra Chile. Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez, dos expresidentes de valía, realizan cada uno trabajos distintos, pero igualmente cruciales con el objetivo de abonar un terreno en el que el país espera lograr que el Tribunal de La Haya fuerce a nuestro vecino a negociar, de buena fe, una salida soberna al mar.

Mientras Rodríguez prepara los complejos alegatos judiciales, Mesa realiza permanentes giras internacionales para explicar las bases de la demanda boliviana. Se puede asegurar que Bolivia domina el debate respecto de su arisco vecino, cosa que no había ocurrido con frecuencia en el pasado. O tal vez, nunca.

Por otra parte, la oratoria y conocimientos de Mesa y el olfato político de Evo Morales han generado un estilo de trabajo que, da la impresión, hace trastabillar a Chile. Hay que añadir que para el país víctima siempre es más fácil defender sus argumentos. Muchos observadores latinoamericanos deben estar pensando algo así como: “¿Por qué Chile, con 5.000 kilómetros de costa, no devuelve a Bolivia, incluso mediante compensación territorial, una franja de 10 kilómetros de ancho?”.

Junto con eso, también se ha registrado un distanciamiento progresivo entre nuestra nación y Chile. Es comprensible. En una fase de alegatos, los planteamientos de uno afectan al otro. Pero la agudización del conflicto tampoco es conveniente para Bolivia. Llevar las cosas al límite solo ayuda a que la clase política chilena se una en torno a su Gobierno, como efectivamente ha sucedido con dirigentes como Marco Enríquez Ominami, que ha suspendido su respaldo a Bolivia. Incluso el expresidente Eduardo Frei, el más abierto de todos los exmandatarios a un acuerdo, hoy muestra una dura línea antiboliviana. Y las encuestas señalan que el respaldo de la ciudadanía chilena a la postura de Bolivia está en su nivel histórico más bajo.

En ese sentido, el hecho de que Mesa mantenga su decisión de viajar a Chile, aún a sabiendas que no es bienvenido y que, al final, quizás lo terminen vivando solamente los adherentes del movimiento chavista, puede no ser una decisión prudente. Y aún en un escenario en que Mesa fuera recibido por militantes de otros sectores políticos, son poco claros los objetivos que el país espera conseguir con ese viaje. No se puede saber exactamente si esa decisión ayuda más que perjudica. Y la visita ya ha sido calificada por las autoridades chilenas como una “provocación” y un interés en “dividir a la sociedad chilena”. De hecho, debido a sus posturas con respecto a Bolivia, el canciller chileno Heraldo Muñoz es el político mejor calificado de ese país, según una reciente encuesta de la empresa Adimark, con un 78% de aprobación.

El excanciller boliviano Armando Loaiza ha mencionado la importancia de preparar, de manera paralela a la demanda, un ambiente “Post Haya”.

Bolivia tiene expectativas razonables para pensar que ese tribunal aceptará los alegatos bolivianos y que, si los astros se alinean, como parece que lo están, resuelva que el país tiene razón. Chile, entonces, estaría forzado a negociar con nuestro país. ¿Y en ese momento estarán dadas las condiciones para ello? ¿Cuando los rencores son cada vez más agudos? ¿Con adversarios que se han maltratado?

Si el eventual fallo de La Haya no involucrara la necesidad de que los dos países negocien, entonces la estrategia boliviana de extremar las cosas sería razonable. Pero La Haya lo que hará, como máxima aspiración para Bolivia, es ordenarle a las partes a negociar. Bolivia no está trabajando por si ese escenario llegara. Y Chile, en esa eventualidad, podrá darle largas al asunto durante años.

Perú, de manera alterna a sus estrategias con respecto a la fijación de límites marítimos con Chile, que también se dilucidó en ese tribunal internacional, insistió en la estrategia “Post Haya”. Bolivia podría tomar ello como ejemplo.

Raúl Peñaranda es periodista