Seguridad
Esclarecieron el caso por casualidad
Descubren qué sucedió con el profesor desaparecido
El maestro estaba desaparecido desde el 25 de octubre.


Lunes, 26 Noviembre, 2018 - 16:37

Tras un mes de investigación, se esclareció el misterio de qué ocurrió con el profesor de Primaria, José Luis Arratia Blanco, que desapareció el 25 de octubre en la ciudad de El Alto. De casualidad, se reveló que el maestro de 41 años de edad había sido atropellado la noche en que se lo vio por última vez.

El profesor desapareció cuando asistió a la UPEA, donde estudia Derecho, y luego fue a compartir bebidas alcohólicas con unos amigos a un centro nocturno. Desde entonces sus familiares y allegados exigieron el esclarecimiento del caso, se capturó a sospechosos, y la Policía realizó pesquisas y un operativo de rastrillaje, pero sin éxito.

El caso seguía siendo un misterio hasta que el viernes pasado un familiar de Arratia estuvo implicado en un accidente vial, por lo cual tuvo que ir a oficinas de Tránsito. En dicha repartición, observó que en el tablero de personas fallecidas sin identificar estaba la descripción de quien podía ser el profesor.

El familiar indagó más y descubrió que esa persona que aparecía en el tablero había sido atropellada la noche en que desapareció el maestro de Primaria.

El director de Tránsito de El Alto, coronel Julio Larrea, puntualizó que el atropello se registró a la una de la madrugada del 26 de octubre, en la avenida 6 de Marzo, debajo del puente, en el carril de ida hacia La Paz. El vehículo que causó la muerte se dio a la fuga y no fue identificado.

Una protesta para pedir que se busque al profesor.

Este lunes, el coronel Freddy Medinaceli, subdirector de la fuerza anticrimen, afirmó que el cadáver levantado por ese atropello corresponde al profesor José Luis Arratia, puesto que, si bien su rostro era difícil de reconocer, familiares evidenciaron otras marcas que tenía en el cuerpo.

Explicó que anteriormente los hermanos del profesor no pudieron reconocer el cuerpo en la morgue, presumiblemente porque el rostro era irreconocible por las graves lesiones que le dejó el atropello y, además, porque se le había quitado la ropa para la autopsia.  

Cristina Arratia, hermana del difunto, reconoció que había negado que el cuerpo sea de su hermano porque tenía prácticamente la cabeza destrozada.

Sin embargo, Cristina criticó la labor de la Policía, por no haber coordinado entre la fuerza anticrimen y Tránsito, que tenía conocimiento de un cadáver no reconocido que coincidía con las características del profesor. Pidió que se investigue el caso a fondo.