Seguridad
El Alto
Mujer pagó a los delincuentes que mataron a su esposo
Los detenidos fueron presentados en la Policía. Foto: Edwin Apaza.


Viernes, 17 Mayo, 2019 - 15:48

En la ciudad de El Alto, una mujer identificada como Magdalena V. fue aprehendida por la Policía tras constatar que había contratado a un grupo de delincuentes que terminaron asesinando a su esposo, informó el director regional de la fuerza anticrimen, coronel Douglas Uzquiano.

El hecho de sangre se registró el 9 de mayo. Dos sujetos ingresaron al departamento de Antonio S. C. de 58 años de edad, donde acabaron con su vida a golpes y choques eléctricos. Robaron de la casa aparatos electrónicos y el vehículo de la víctima.

La Policía procedió a la investigacion del caso y descubrió que el golpe había sido ordenado por la esposa del fallecido, quien vivía en otro departamento en la misma casa, separada de Antonio con quien se iba a divorciar.

Según el informe policial, Magdalena trabajaba como contadora y consideraba que ella había sido quien más había aportado para que pareja tenga su casa, mientras que su esposo ya ni salía a trabajar como taxista. Asimismo, ella quedó aislada de la familia, dado que los hijos prefirieron vivir en el departamento de su papá.

La mujer conoció a Marco F. -el principal autor del crimen- a través de una amistad, que era la suegra del sujeto. Ella le contó que había sufrido violencia física, psicológica y económica de parte de su esposo.

Entonces, ella le pidió a Marco que haga un seguimiento a su cónyuge, porque sospechaba que tenía otra pareja y esa prueba le serviría para divorciarse sin entregar nada a Antonio.

Así, según la Policía, la mujer ordenó dar una golpiza a su esposo para tal vez quebrarle una pierna o brazo.

Para preparar el golpe, cambió la cerradura de la puerta de calle del domicilio y entregó una llave a Marco. Además, instruyó al delincuente una forma especial que tenía la familia para tocar la puerta, con el objetivo de que le abran el departamento sin sospechas.

Marco, por su parte, consiguió ayuda de otros dos sujetos: Juan T., quien había sido su camarada del cuartel, y Abraham G., su amigo de colegio.

Llegó el día del ataque. Marco tenía la instrucción de esperar a que salga el hijo mayor para recién entrar al domicilio. Así lo hizo. 

Al momento de ingresar, uno de los delincuentes se quedó fuera del departamento para hacer de “campana”, es decir vigilar, mientras que los otros dos entraron a la vivienda.

Antonio estaba en la casa con su hija. Escuchó que tocaban la puerta de una manera familiar y, con enojo, pensó que se trataba de su esposa, pero al abrir aparecieron los delincuentes que lo redujeron y ataron con cintas.

Los antisociales también atacaron a la hija de la víctima, quien estaba en otra habitación. La ataron para que se quede inmóvil. Ella podía escuchar que usaban un dispositivo de choque eléctrico -comúnmente conocido como “torito”- para torturar a su padre.

Cuando la joven pudo desatarse, su padre ya no tenía signos vitales, murió por los golpes y el desangramiento. Los delincuentes se habían llevado cosas de valor, entre ellas televisores, laptop`s, CPU`s, celulares, dinero y el coche Nissan Sentra.

La Policía investigó el asesinato, consiguió indicios como contactos telefónicos entre los implicados, hasta que el 16 de mayo es logró la aprehensión de Marco, quien fue capturado en Yacuiba cuando trataba de fugar hacia Argentina. El sujeto tenía en su poder el celular del fallecido y otros objetos robados.

Se desplegó otros operativos para capturar a los otros implicados, como así también recuperar los aparatos sustraídos, incluido el vehículo. El dinero robado y los “toritos” estaban en la vivienda de Marco.

Parte de lo recuperado.

Según el coronel Uzquiano, después del asesinato, Magdalena pagó a los delincuentes un monto que no especificó. Marco, que era encargado de repartir el dinero se quedó con la mayor parte, entregando a sus cómplices 300 y 250 bolivianos.

La mujer y los tres implicados fueron presentados este viernes por la Policía. Entretanto la familia del fallecido expresó su angustia con llanto y hasta golpes contra los detenidos.

La hija del fallecido dijo que su padre era el que sufría violencia. En llanto, lamentó que se lo haya asesinado “sadicamente”.