Género
Hubo tres casos de violación
57 mujeres víctimas de violencia en el carnaval cruceño
El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) de Santa Cruz, José Luis Murillo informó que la violencia familiar o domestica fue la que más prevaleció con 45 casos.


Jueves, 19 Febrero, 2015 - 09:44

En Santa Cruz aún se registran altos índices de violencia basada en género. Es así que durante las fiestas de carnaval 57 mujeres fueron víctimas de agresiones físicas y psicológicas; situación que demuestra que en nuestra sociedad todavía predomina un sistema machista y patriarcal, que se pretende justificar con el excesivo consumo de alcohol durante estas celebraciones.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) de Santa Cruz, José Luis Murillo informó que la violencia familiar o domestica fue la que más prevaleció con 45 casos, cuya anción es de 2 a 4 años de privación de libertad, según lo establece la Ley Integral para Garantizar a las mujeres una vida Libre de Violencia, 348.

Así mismo, Murillo, manifestó que se registraron tres delitos de violación a mujeres menores de edad, uno por lesiones graves, otro por estupro, entre otros de acoso sexual y violencia económica.

Sin embargo la autoridad policial, señaló que el número de casos fueron relativamente bajos, pero que esta cifra tendía a incrementarse en el transcurso del día “el sábado fueron 26 denuncias, el domingo fueron 8 casos, lunes 10 casos, martes 13 casos”, afirmó.

Uno de los casos que se registraron fue la denuncia de una menor de 18 años de edad por tentativa de violación por parte de un taxista, mismo que fue agarrado y golpeado por vecinos y familiares de la víctima.

Envase a las denuncias recibidas durante las fiestas de carnaval, se realizaron algunos arrestos de los agresores en distintos módulos policiales, algunos ya fueron liberados.

Finalmente, Murillo, manifestó que hasta el momento la FELCV, no cuenta con los protocolos de atención a mujeres víctimas de violencia, y que solo se cuenta con un protocolo para atender a mujeres que sufren por el delito de violación, pero que este está siendo adecuado.