Economía
Los sedimentos de Cohana concentran metales pesados
Informe de Contraloría confirma altos niveles de contaminación en Titicaca


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Viernes, 22 Mayo, 2015 - 21:52

Una auditoría ambiental de la Contraloría General del Estado (CGE) confirmó los altos niveles de  contaminación de la cuenca del rio Katari y la bahía de Cohana y sus efectos en el ecosistema del lago Titicaca. Según el documento al que accedió Erbol, la calidad de agua de la bahía, en un rango de más de 30 kilómetros cuadrados, es “mala”.

El documento establece: “La evaluación de la contaminación en el sector de la bahía de Cohana a partir de los indicadores de calidad del agua (ICA) señala que más de 30 kilómetros cuadrados desde la costa se encuentran dentro del rango de calidad mala, aguas adentro en una superficie de más de 20 kilómetros cuadrados sus aguas mejoran a calidad media”.

La auditoría también indica que de acuerdo a la normativa ambiental vigente, “para que un cuerpo de agua sea apto para la vida acuática debe cumplir con los estándares de clase C (Carga orgánica, nutrientes, oxígeno, etc), en el caso de la bahía las concentraciones de carga orgánica (expresada como DBO) y nutrientes (fosfato) supera aproximadamente 7 veces el valor máximo permisible. Su condición mejora recién después de 5 kilómetros de la costa y logra clasificar como un cuerpo de agua clase C”.

La auditoría ambiental K2/AP05/J13 se desarrolló en un marco geográfico de más de 800 kilómetros cuadrados, abarcando los municipios de El Alto, Viacha, Laja, Pucarani y Puerto Pérez del departamento de La Paz.

La aplicación del índice de contaminación (ICO) dejó ver que en estos últimos nueve años (2004-2013), la contaminación orgánica en la zona de estudio se ha incrementado significativamente. Actualmente todos los cuerpos de agua tienen un nivel de contaminación orgánica superior a la determinada el año 2004. En ese tiempo la bahía ya presentaba condiciones eutróficas (buen estado de nutrición), después de 10 años se presume que los niveles de contaminación se ha incrementado y la población de lenteja de agua (planta de la familia de las Lemnáceas, que flota en las aguas estancadas y cuyas frondas tienen la forma y tamaño de la semilla de la lenteja) se ha extendido logrando la reducción y pérdida de biodiversidad, especialmente a la disminución de oxígeno disponible. Asimismo la población de totora tiende a disminuir.

CONTAMINACIÓN MICROBIOLÓGICA

En las aguas de la bahía se puede encontrar gran variedad de gérmenes (bacterias, virus, protozoos, helmintos, hongos y levaduras), siendo los más comunes los parásitos evacuados a través de las heces humanas, debido a las aguas residuales crudas y de los residuos sólidos. Puede causar enfermedades con diferentes niveles de gravedad, desde una gastroenteritis simple hasta una grave diarrea, hepatitis, disentería o fiebre tifoidea a la población que de manera directa o indirecta tiene contacto con estas aguas.

Los análisis de laboratorio mostraron la presencia de altas concentraciones de coliformes fecales en el río Hernani que desemboca en el río Seco. En las aguas de la bahía “se destacaron parásitos como la Entameba coli y la Giardia Lamblia en la totora y la lenteja de agua, que es una especie invasora que crece abundantemente en el lago como producto de la eutrofización”.

Esta situación ha sido asociada al crecimiento poblacional de los municipios que fueron parte del área de estudio, cuya mancha urbana ha sufrido un marcado crecimiento en la última década.

EVALUACIÓN TOXICOLÓGICA

Tanto las aguas de los ríos principales de la cuenca como del lago, en la zona de estudio, no presentan concentraciones significativas de metales pesados ni metaloides en solución, excepto en las nacientes del río Seke, donde las concentraciones de cadmio y hierro superan los estándares establecidos en la normativa ambiental vigente debido a la existencia de pasivos ambientales en la zona de Milluni que generan drenajes ácidos de mina que ponen en solución dichos metales.

Los sedimentos de los ríos de cuenca y la bahía tienen importantes concentraciones de metales pesados y metaloides, entre los elementos más críticos se encuentran el arsénico, zinc y hierro, “la concentración del primero supera los estándares establecidos, en todos los puntos de muestreo, y entre el 75% y 70% de las muestras sobrepasa el nivel de sedimentos muy contaminados con relación al zinc y hierro respectivamente”.

Según la auditoría, algunos de estos contaminantes (metales pesados) pueden causar efectos “carcinógenos” (es un agente físico, químico o biológico potencialmente capaz de producir cáncer al exponerse a tejidos vivos) e influir en la reproducción y el desarrollo de los seres vivos, cuyos efectos se manifiestan a mediano y largo plazo.

Peces

Según el análisis toxicológico, se identificó “altas concentraciones de cadmio en las muestras de peces que superan los límites permitidos por la EPA (Enviomental Protection Agency) y la FAO (Food and Agriculture Organization/World Health Organization)”.

Totora

Este mismo análisis realizado a la totora indica que todas las muestras presentan concentraciones que superan los estándares para zinc, arsénico, plomo y mercurio, “dejando ver que la totora tiene la capacidad de absorción de estos metales mediante los sedimentos de la bahía”. La auditoria considera que este hecho debe ser considerado ya que estas plantas forman parte de la cadena alimentaria al ser empleada como forraje.

CONSECUENCIAS

Esta contaminación provoca una “alteración de las tramas tróficas, alteración de los procesos biogeoquímicos, la degradación de los ecosistemas y el paisaje, y la destrucción de hábitats”. 

La contaminación con bacterias (como la Escherichia Coli) y parásitos (como Giardia Lamblia y Entamoeba Coli) en los ríos y principalmente en la bahía pueden ocasionar riesgos en la salud tanto animal como humana. Una persona se podría infectar al ingerir plantas acuáticas como berro, lechuga y alfalfa, entre otros, o plantas de tallo corto cultivadas en los cuerpos de agua contaminada.

La presencia de metales pesados en la totora que sirve de forraje para el ganado vacuno puede afectar la salud al ser almacenada en algunos órganos del ganado que luego puede ser destinado al consumo.

Por otro lado, el consumo de peces en los que se ha identificado altas concentraciones de cadmio también se convierte en un riesgo para la población ya que forma parte de la alimentación básica en la zona. 

La ingesta de elementos tóxicos –aún en cantidades mínimas, pero constante durante un largo periodo– puede desencadenar en daños irreversibles en el organismo, además causar daño a nivel celular en órganos vitales humanos y animales.

RECOMENDACIONES

La CGE ha formulado 75 recomendaciones orientadas a corregir y mejorar el desempeño ambiental de las instancias involucradas, a fin de lograr la recuperación y restauración del ecosistema afectado y aminorar los riesgos potenciales para la salud de la población expuesta.

Para la Contraloría es importante realizar acciones preventivas y acciones asociadas a la promoción de la salud para los grupos expuestos y reducir los riesgos de contraer enfermedades a los pobladores que tienen contacto directo con aguas de los ríos y de la bahía de Cohana. 

Asimismo, plantea trabajar a partir de las estadísticas relacionadas con enfermedades que derivan del contacto directo o indirecto con las aguas de la bahía y su ecosistema.

Entidades 

Las instancias auditadas fueron el ministerio de Medio Ambiente y Agua, el Ministerio de Minería y Metalurgia, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Gobierno Autónomo Departamental de La Paz, los gobiernos autónomos municipales de El Alto, Viacha, Laja, Pucarani y Puerto Pérez, la Empresa Pública y Social de Aguas y Saneamiento, la Empresa Municipal de Aseo El Alto y el Foro Nacional de Inversión Productiva y Social.

 

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