EN EL CONTEXTO DE LA PANDEMIA
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Guía de retorno seguro a clases plantea cuatro ejes para evitar contagios

Labores escolares en un colegio en La Paz. Foto: archivo

Con el fin de asegurar el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes en el contexto de la pandemia del COVID-19 fue presentada una guía que plantea cuatro pilares que busca resguardar la salud de toda la comunidad educativa: estudiantes, padres y madres de familia, profesores y plantel administrativo.

Se trata del documento denominado "Consideraciones clave para el retorno seguro a clases: Para tomadores de decisiones" que fue presentado por el Ministerio de Educación, con el apoyo del Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA), la UNESCO y UNICEF.

El retorno a las unidades educativas debe ser planificado, gradual e inclusivo sin discriminar a nadie, ni exponer a los estudiantes, maestros y el personal educativo a riesgos de salud, coinciden los organismos.

La Resolución Ministerial 01/2021 del Ministerio de Educación establece que el regreso a las clases para esta gestión se realizará bajo tres modalidades: presencial, semipresencial y a distancia. En cada región o municipio del país se aplica una de estas particularidades según los reportes epidemiológicos y las condiciones sanitarias.

En la primera ruta de acción, la unidad educativa selecciona la modalidad que aplicará para el desarrollo de las actividades educativas, de acuerdo a la situación epidemiológica del COVID-19 en el área donde está ubicada.

Además, se brindan orientaciones para el manejo del aforo y cumplimiento del distanciamiento físico en las actividades escolares fuera del aula; sobre el control de ventas en kioscos escolares y en puertas de los colegios.

La segunda ruta aborda la higiene y cuidado dentro y fuera del aula, tanto para las y los alumnos como para maestras y maestros; incluye recomendaciones sobre la alimentación, y brinda orientaciones para limpieza y desinfección de la unidad educativa.

La tercera ruta recomienda el trabajo para los impactos negativos de la pandemia que sufrieron los niños, niñas y adolescentes en sus hogares, como la violencia, la pérdida de algún ser querido o el miedo, con orientaciones generales vinculadas a la contención psicoafectiva.

La última ruta establece recomendaciones sobre qué hacer con casos positivos de COVID-19 en la unidad educativa. También enfatiza en la importancia de sistematizar información sobre las enfermedades que puedan aquejar a los maestros y estudiantes, lo cual también influirá en la elección de la modalidad educativa.

La aplicación de estas recomendaciones complementa el uso de barbijo, distanciamiento social y lavado de manos, como pasos fundamentales para evitar la propagación del virus.